21-A 05
Arrancan los Rolling Stones su gira en Boston
Mick Jagger pasó más de dos horas contoneándose y corriendo una y otra vez sin ahogarse
Por AFP
Grupo Reforma
Boston, Estados Unidos (22 agosto 2005).- A sus más de 60 años, y como dice una de sus canciones, el tiempo está del lado de los Rolling Stones, a los que nadie cree que va a ver en concierto por última vez y que están en mejor forma que sus admiradores de primera y segunda generación.
"Tocarán una y otra vez. Espero que hagan otra gira. La última será para sus fans, pequeños conciertos sorpresa en pequeños escenarios".
"No nos cansamos de verlos", dijo Engi, 33 años, un austríaco de Graz que no quiso dar su apellido y que había venido expresamente a Boston (Massachusetts, noreste), para el primer concierto de la nueva gira mundial del grupo.
Con 43 años de oficio a la espalda, el cantante de la banda, Mick Jagger pasó más de dos horas contoneándose y corriendo una y otra vez sin ahogarse por los cien metros de envergadura del escenario en el estadio Fenway.
"Mick fue el intérprete por excelencia, pavoneándose como un jovencito. Ciertamente aún tiene lo que hay que tener para ganarse a la audiencia", explicó Will Dunning junto a su mujer Cat, ambos de 39 años y de Brookline, un barrio elegante de Boston.
Como ocurre desde hace casi 20 años, los nuevos discos del grupo, en este caso, A Bigger Bang, no tienen ningún peso en sus actuaciones, algo que no parece molestar a un público que acude a la cita como quien va a su viejo restaurante favorito a comer los platos de siempre.
Para introducir la actuación, presentaron una breve filmación en la que una gran explosión en el espacio, alusión al Big Bang al que se refieren su nuevo disco y la gira, acababa en lo que parecían las calles de una ciudad estadounidense.
Luego, unos fuegos de artificio dieron entrada a la banda y su "Start Me Up", primer título de un repertorio que estuvo dominado por éxitos como "Satisfaction", "You Can't Always Get What You Want" y "Brown Sugar".
Antes del concierto, Jagger defendió ante los medios locales el hecho de que por segunda vez consecutiva empiecen su gira en Boston afirmando que el público de esa ciudad es benevolente con los errores.
Y los hubo. Varios operarios se las vieron y desearon para desplegar una gran lengua inflable a mitad del concierto y luego se pelearon para recogerla mientras la banda seguía tocando ajena a lo que pasaba a sus espaldas.
Pese a ello, el engranaje funcionó y el público salió contento, aplaudiendo detalles como la vuelta a los escenarios del baterista Charlie Watts después de que se le detectase un cáncer de garganta.
"Un espectáculo increíble", dijo Bruce Leny, de unos 40 años, que era la quinta vez que veía al grupo.
"Seguirán tocando hasta que se mueran en el medio del escenario", agregó.
John Obrinska, de 34 años, que asistía a su decimoquinto concierto de la banda, explicó que "cada vez es mejor de lo que esperaba, tanto a nivel escénico como de interpretación".
Se burlan de Arnold
El grupo empezó este domingo su gira sin interpretar su polémica canción "Sweet Neo Con", pero burlándose del gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, que se encontraba entre el público.
"Tenemos aquí a alguna gente de California", dijo el cantante Mick Jagger dando pie a los abucheos del público, que sabía de la presencia del actor y mandatario.
Jagger añadió que esa gente había venido a "vender gorras y camisetas", en alusión a los 100 mil dólares que el ex-actor hizo pagar a sus acompañantes para tener el privilegio de acudir en su compañía al concierto y así financiar sus campañas políticas.
Varias personas apostadas a las entradas del estadio Fenway Park saludaron la presencia del gobernador republicano con pancartas en las que haciendo un juego de palabras con una canción de los Rolling decían "No tener simpatía por Arnold".
En cambio, tras semanas y semanas de polémica, el grupo no tocó "Sweet Neo Con", la pieza de su nuevo disco A Bigger Bang, que aparecerá el 6 de septiembre, en la que insultan a los nuevos conservadores estadounidenses, afiliación política a la que pertenece el presidente George W.Bush y su gobierno.
Rock Review The Rolling Stones
Still Rocking, Still Swaggering, Still the Stones
The New York Times
By JON PARELES
Published: August 21, 2005
BOSTON, Aug. 21 - Four decades ago, the Rolling Stones made their name by defying propriety. Now they are defying age. They opened their latest tour tonight at Fenway Park, with an audience of 36,000 filling the stands, the outfield and balconies overhanging the stage for the first of two shows here. Mick Jagger is 62, Keith Richards 61, Charlie Watts 64 and Ronnie Wood a spry 58. Age can be cruel to musicians, eroding voices and stamina. But yes, the Stones can still do it.
Through decades of selling out arenas and stadiums, the Stones have remained more a band than a spectacle. The flashpots, strobing video and inflatable lips-and-tongues logo are still only a sideshow to the physical presence of the band, playing their instruments and romping across the stage. There are Charlie Watts's indomitable beat, the improvisational tangle of Keith Richards and Ronnie Wood on guitars, and of course Mick Jagger's hip-swinging, finger-pointing, shoulder-shaking, ever-changing shimmy and strut - necessities that no production values could replace.
A Stones concert is as solid a brand-name product as rock has to offer, and a luxury product at that: some tickets topped $450. To keep up the brand value, they need to deliver hits: there's no buyer satisfaction without "Satisfaction."
The Stones are also content with their sound; it may be classic, but it still rocks. The album being promoted by this tour, "A Bigger Bang" (Virgin), doesn't try to reinvent the wheel just to roll it one more time with panache. Yet the band also tours to please itself, pulling lesser-known songs out of its catalog (among them, on Sunday night, "She's So Cold" from "Emotional Rescue" and "The Worst" from "Voodoo Lounge") and still trying to rediscover each one.
The Stones have ups and downs, decent shows and stellar ones; they miss notes and laugh it off. They meticulously plot costume changes and special effects - like a smaller stage that moved into the middle of the audience - but they let the music change with every performance. In "Honky Tonk Women," Mr. Jagger bent the melody into an unmistakable blues; Mr. Richards answered him with a solo that was almost pure country. And when Mr. Jagger sang "Brown Sugar" here, it was not a young girl but "a young man" who tasted so good. The also set included four songs from "A Bigger Bang" that weren't eclipsed by the oldies.
The Stones aren't pretending to be youthful. They're proud to remember earlier eras. "Back of My Hand," from the new album, reaches back to Delta blues for a spiky guitar riff, and the set also included "The Night Time Is the Right Time" as a tribute to Ray Charles, who kept performing even longer than the Stones have. The band also played "Out of Control," a jazz-tinged song from the 2002 album "Bridges to Babylon," in which Mr. Jagger looks back at his younger self - foolish, angry, vain, charming, lucky - and taunts, "Tell me, how have I changed?"
He has changed, of course. He can't shock the world with a song; even when performed in front of digital video hellfire, "Sympathy for the Devil" no longer comes across as blasphemous or demonic. He did have a joke for the governor of California, Arnold Schwarzenegger, who used concert tickets as a fund-raiser; after saying he was "honored and proud" to have the governor here, Mr. Jagger added that the fund-raising efforts included standing "out in the front scalping tickets and selling T-shirts." Yet he can still merge humor and heartbreak when he sings "She's So Cold" or "Beast of Burden," still swagger through "Tumblin' Dice." After a two-hour set, he can still run - not stroll or skip, run - end to end on a stage that stretches nearly across a stadium while he sings "It's Only Rock 'n' Roll." The band still prods him and enfolds him; Mr. Richards and Mr. Wood look casual, grinning and ambling around the stage, but somehow the right guitar chord always plugs every rhythmic hole. After decades, the Rolling Stones are too dependable to seem dangerous. But long after the Stones could have retired, it's not so bad to stand for sheer tenacity.
The Rolling Stones tour returns to Fenway Park on Tuesday and continues at Rentschler Field in Hartford on Friday. It arrives at Madison Square Garden in New York City on Sept. 13 and Giants Stadium in East Rutherford, N.J., on Sept. 15.
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