jueves, enero 19, 2006

The Rolling Stones for live

Cómo hay cosas que no cambian, hace ya muchos, muchísimos años, me preguntaron (lo recuerdo, en un salón de clases preparatoriano) mi opinión sobre los beatles y las declaraciones de su líder al compararse con jesucristo, era una especie de clase sobre cultura pop. Yo respondí que efectivamente eran más famosos que el rabí en su época; lo cual provocó airados rechazos, a pesar de que se trataba de una escuela pública.
Sigo creyendo lo mismo aunque me cagan los beatles, desde entonces se daban las diferencias -como decía un excompañero burócrata sesentero: ¿eres roquer o fresa?
Pero independientemente de preferencias, se trataba de una deducción lógica, hace 2006 años simplemente la población mundial era inifitamente menor y la información era muy regionalizada, así que difícilmente los chinos, indúes y americanos se habrían enterado del mensaje del mesías. Pero ahí también radíaca la diferencia, la ascendencia social, moral y religiosa de jesucristo es obvia a lo largo de estos siglos y la doctrina surgida de él se mantiene aún vigente en muchos aspectos de nuestras vidas, independientemente de si creemos o no en él.
Por otra parte, el mensaje de un cantante de música pop, no puede llegar a esos niveles, simplemente se trata de un artista cuyo interés se queda ahí, es decir no se necesita ser iluminado, bueno ni siquiera se necesita haber cubierto ningún grado académico, para ponerse a tocar una guitarra y decir imaginaaa, domingo sangriento, o vamos al noa... Finalmente lo que les importa es llegar al mayor auditorio posible, con las consiguientes ganancias por su puesto y como dicen, ya una vez acomodado, puedes estar en posición de perdonavidas y tirar netas.
Y es ahí donde radica la diferencia, también en el campo de la lógica existe algo que se llama argumento de autoridad, es decir, si un médico te dice que estás enfermo lo conveniente es que le hagas caso y tomes la medicina que te prescribe; si te lo dice un ingeniero no pasará de una simple opinión sin sustento y si te tomas la medicina que te recomendó puede servirte o no o incluso serte contraproducente. Entonces ¿como pueden tomarse las consideraciones de Bono -o de cualquier cantante- sobre políticas económicas o sociales? En ese sentido resulta más congruente hacerle caso al que me dice que no puede sentir satisfacción o que siente sipatía por el diablo.
Hace unos meses Eric Clapton, criticó acremente a Bono sobre su activismo político. En un principio no tomé una posición, pero después de ver lo que hizo en NY, sus llamadas al Teletón, su amistad con los Camil, etc. ya está para causar nausea.
Todo este rollo viene a cuento sólo como preámbulo para avisar que por cortesía de mi hermana sí asistiré al concierto de los rolling. Cuando me ofreció los de U2, amablemente decline la invitación.