lunes, abril 10, 2006

Claroscuros del fin de semana

Como todo en la existencia, hay dos partes en el conjunto: uno positivo y otro negativo. Algo así como el yin-yang (o como se escriba), pero menos vibroso y culturoso. Veamos.

a) Ganó Pumas y de qué manera. No vi el partido, pero sólo con el resumen en la televisión me he emocionado. La grada, la tribuna, la hinchada vibrando como siempre debe hacerlo. Callar a las gallinas en su corral y a los trogloditas de la Minimental y la otra que no sé cómo se llame es algo que siempre será orgásmico. Aguante Pumas. Aguante Guillermo Vázquez.

b) Ganó Osasuna. Se afianza en zona de Liga de Campeones y vuelve a darle alegría a su incondicional hinchada. Cada vez tengo más deseos de ir un día al Reyno de Navarra a vivir un partido de los rojillos. Aguante Aguirre.

c) Ya tenemos iPod nuevo. Se trata de la versión a color con 30 GB. Aquí ya se pueden guardar vídeos y fotos. Es más delgado y pesa menos. Una maravilla tecnológica.

d) Después de un buen arranque en los juegos de azar (léase Chispazo), la suerte se ha volteado. Mejor. Dicen que buena suerte en el juego, mala en el amor.

e) Íbamos a viajar el sábado, pero la gran familia mexica pensó igual que nosotros: la estación de autobuses como gran romería existencial y punto de intersección de todos los caminos. La Semana Santa ha llegado con todo el caudal de acontecimientos que la caracterizan, es decir aglomeraciones en el transporte foráneo, subidón de precios en todos los productos para vacacionistas, ánimos gregarios de la chilanga banda en provincia, sed y hambre de sol y playas a cualquier precio, balnearios clasemedieros con altas producciones de caldo de oso, entre otras lindezas. Lo mejor, como siempre, la ciudad limpia de mexicanos.

f) Aquí estamos los burócratas, firmes en nuestra trinchera a pesar del periodo vacacional que de santo tiene muy poco. Muchos se han ido, claro, pero, por lo pronto, nosotros aquí seguiremos sosteniendo el timón de la patria hasta el próximo miércoles. Ya del jueves al domingo no nos hacemos reponsables de lo que suceda en este país que escribe su nombre con la equis (que algo tiene de cruz y de calvario, como dice la recitación...).

g) Sobre el asunto de la tesis una palabra: incertidumbre. Se supone que la Facultad quiere vernos sentados en el banquillo a la mayoría a la brevedad. Perfecto. Los requerimientos de CONACYT lo ameritan. Sin embargo, cuando uno quiere titularse todo se pone en contra nuestra. Llevo dos meses en trámites desde que conclui la investigación y aún no tengo los votos de los sinodales (a pesar de que la notificación establece con claridad que cuentan sólo con 30 días hábiles para dar su veredicto). La joya de la corona: un profesor del CIDE, con todo y su excelencia académica, me ha dicho después de seis semanas de espera, ¿sabes qué?, creo que no voy a poder revisar tu tesis por mi muy cargada agenda. Uy. El punto es, si sabía que su calidad de dios menor académico no le da oportunidad de realizar tareas académicas, ¿para qué me aceptó la responsabilidad? En fin. Se ha atravesado la Semana Santa y todo entrará en receso. Ya veremos qué sucede al regreso.

h) Tengo un buen tiempo ya sin ver a mis colegas de la infancia. Desde hace casi tres meses no nos hemos reunido en nuestro bar de confianza a intoxicarnos cual debe. Imagino que cada uno ha andado metido en sus cosas. Ya veremos qué sucede en el corto plazo.