Gilipollos

Pues dirán lo que sea, pero ese tal Silvio Berlusconi no me cae tan mal. Acabo de leer su declaración sobre el sentido del voto de los italianos en las próximas elecciones. El magnate de los medios etruscos ha dicho que "tengo mucha estima por la inteligencia de los italianos para pensar que haya por ahí tanto gilipollas que pueda votar en contra de sus intereses". Una versión meditarránea del viejo dicho mexica que afirmaba que sólo los pendejos votan por el PRI.

Ahora, cuando digo que no me cae tan mal es porque no padezco su gobierno. A lo mejor hay un buen de italianos a los que Fox les parece el mejor para México, cuando en la realidad se ha tratado de una pesadilla provinciana que, conforme los días pasan, se vuelve más urgente relevarla.

Esto también me ha recordado lo que ha dicho Noel Gallagher sobre el ascenso de Bachelet a la presidencia de Chile: "ufff, pues a ver cómo les va, porque nosotros (es decir, los ingleses) tuvimos una (Margaret Thatcher)" y, según el segundo líder de Oasis, les fue re-mal.

Por lo pronto, al menos en el caso de Berlusconi se trata de un magnate de las comunicaciones metido a gobernante, pero con sentido del humor. No como las versiones nacionales que, además de que se agandallan el espectro digital y ponen al Congreso en genuflexiones poco viriles, salen chillando y berreando por medio de sus voceros --como López D.-- afirmando que casi casi les debemos la vida por ser tan buenos con el país.

Gili-pollos.