Decisiones importantes: se toman mejor sin pensar mucho
El Universal
Lunes 03 de abril del 2006
En una serie de experimentos, un equipo de sicólogos dirigidos por Ap Dijksterhuis, de la Universidad de Amsterdam, Holanda, encontró que las personas que deben tomar decisiones importantes lo hacen mejor cuando se hallan distraídos o simplemente no están en condiciones de pensar conscientemente acerca de todas las opciones posibles.
En una serie de experimentos, un equipo de sicólogos dirigidos por Ap Dijksterhuis, de la Universidad de Amsterdam, Holanda, encontró que las personas que deben tomar decisiones importantes lo hacen mejor cuando se hallan distraídos o simplemente no están en condiciones de pensar conscientemente acerca de todas las opciones posibles.
Los juicios que realizamos de manera expedita acerca de personas y lugares pueden resultar sorprendentemente acertados, según el experto. No hay un sustituto para la lógica simple ni reflexión para determinar cuestiones como qué timbre para el teléfono celular o alarma para el despertador son los mejores que existen en el mercado, dijo.
Sin embargo, cuando se trata de asuntos más importantes, como la compra de la vivienda adecuada o de un automóvil para la familia, el asunto toma otro cariz. Tras reflexionar sobre todos los pros y contras que entrañan este tipo de decisiones, muchas veces las personas se embotan y deciden desentenderse momentáneamente del asunto. Una nueva línea de investigación sugiere que ésta puede resultar la mejor estrategia.
La investigación no sólo respalda la sabiduría popular que recomienda "consultar con la almohada" cuando se trata de tomar decisiones difíciles, sino que sugiere que la mente inconsciente puede razonar de manera muy activa sobre estas cuestiones.
Para Timothy D. Wilson, sicólogo de la Universidad de Virginia especialista en el caso y autor del libro Extraños para nosotros mismos: Descubriendo el inconsciente adaptativo, "se trata de una investigación muy elegante que, como todo trabajo de relevancia, responde muchas interrogantes, pero genera otras".
Los sicólogos saben desde hace mucho que las personas procesan una gran cantidad de información de manera inconsciente. Por ejemplo, cuando usted escucha su nombre en medio del bullicio de una conversación en la cual usted no toma parte y por ende no presta atención consciente a la misma.
Un nuevo reporte de la investigación sugiere que las personas toman datos y discriminan información de manera inconsciente como si se tratara de un radar, y la combinan con impresiones y hechos estudiados de manera deliberada para realizar juicios asertivos que, de otra forma, no podrían hacer.
Para la realización del estudio, Ap Dijksterhuis y su equipo de colaboradores pidieron a 80 estudiantes que eligieran uno entre cuatro automóviles, con base en una lista de atributos como año de fabricación, consumo de combustible, trasmisión y manejo. Después de presentarles estas característiacs en una sucesión rápida, pidieron a la mitad de los estudiantes que reflexionaran cuidadosamente durante cuatro minutos acerca de su decisión, mientras que al resto se les distrajo instruyéndolos para que resolvieran crucigramas.
Cuando la lista de atributos de los automóviles se redujo a cuatro características, los estudiantes que hicieron la mejor elección fueron aquellos a los que se permitió reflexionar. Sin embargo, cuando la lista se incrementó a 12, los papeles se invirtieron, pues las decisiones más asertivas fueron tomadas por aquellos estudiantes que habían sido distraídos con la solución de crucigramas.
Los expertos explican que la mente inconsciente posee una mayor capacidad para procesar información que la mente consciente que trabaja con la memoria. "Un claro ejemplo de ello está en la gente a la que le gusta mucho una casa por su tamaño, pero no piensa en que debe recorrer dos horas para llegar a su trabajo desde donde está ubicada. Es la mente inconsciente la que alerta al individuo acerca de esa desventaja."
Los investigadores desarrollaron una compleja tabla de calificación para 40 productos, basada en el número de atributos que cada persona tomó en consideración para decidirse por ellos. Los automóviles, departamentos y las computadoras ocuparon los primeros lugares; la ropa los de enmedio y artículos diversos como paraguas y hornos, los últimos.
A partir de la escala que elaboraron, los científicos realizaron encuestas entre personas que habían adquirido alguno de estos productos recientemente, y encontraron que los compradores que invirtieron más tiempo en reflexionar para la compra de objetos simples resultaron más satisfechos con sus adquisiciones. Sin embargo, cuando se trató de compras más complejas el resultado fue inverso: aquellos que reflexionaron más en torno a los pros y contras de los objetos en cuestión fueron los que realizaron las peores compras.
"¿Eso significa que cuando un ejecutivo lee un reporte importante no debería pensar en el contenido del mismo?", dice Jonathan Schooler, sicólogo de la Universidad British Columbia. "La investigación nos ayuda a trabajar hacia la consecución de una respuesta, pero aún estamos lejos de alcanzarla", concluyó.
(The New York Times)
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