martes, septiembre 19, 2006

19-S

Una de las cosas que siempre resaltan los de Protección Civil es que, a partir de los sismos de 1985, los mismos que hoy cumplen 21 años de ocurridos, el tema de la protección ciudadana arrancó propiamente en el país. Esto es cierto. Después de haber visto los efectos de los terremotos de aquel 19 de septiembre la mayoría de los mexicanos nos percatamos --más bien, comprobamos-- de nuestras limitadísimas capacidades y destrezas al momento de enfrentar una catástrofe natural.

Eso está muy bien. El punto que quiero destacar es al que ha derivado todo este asunto en la actualidad. Casi todas las oficinas gubernamentales cuentan con oficinas encargadas de la protección civil que hacen simulacros, capacitan al personal y conocen los pasos a seguir en caso de enfrentar algún tipo de contingencia del medio ambiente. Sin embargo, lo curioso es que en muchos de los casos estas personas utilizan esta actividad como pretexto para ausentarse de las ocupaciones sustantivas dentro de sus ministerios.

En efecto, a mí me ha tocado observar cómo estas personas, las cuales regularmente nadie ha nombrado como responsables de tales actividades, se abrogan responsabilidades y líneas de autoridad más allá de las que les pertenecen. Al respecto, dos ejemplos. Uno, cuando hay simulacros de evacuación del personal estos funcionarios suelen sacar todos sus remordimientos y frustraciones cuando de sacar a los mandos altos de sus oficinas se trata. Me ha tocado estar en las juntas post-simulacros en las que se ufanan de haber impuesto su ley, aunque se tratara de "un subdirector". Dos, cuando hay cursos de capacitación regularmente no les importan las actividades que realizan las áreas y solicitan funcionarios con la mano en la cintura. A pesar de que estos cursos sólo sean motivo de solaz y pérdida de tiempo, escudándose en la importancia de la protección civil ejercen una especie de parada obligatoria de actividades entre semana.

En este sentido debe destacarse que lo cuestionable no son esta clase de capacitaciones. Al contrario. Es importante tener gente hábil en cuestiones de combate a incendios, búsqueda y rescate, primeros auxilios y otros. Lo que llama la atención es que en esos cursos se hace de todo, menos capacitarse. El personal va, como que aprende y como que le echa ganas, pero nada más. Lo digo porque yo he ido a varios. En general, todos lo vemos como días de descanso, incluidos los capacitadores. Además, con el pretexto de ser alguien clave en la protección civil, diversos funcionarios menores ven la oportunidad de dar rienda suelta al pequeño Napoleón que llevan dentro y se convierten en peores dictadores que los jefes a los que suelen criticar.

En fin. Hoy es día de conmemoraciones y de simulacros. A las 12.00 horas será el nuestro y servirá, una vez más, tanto para recordar a los que murieron ese día como para tener unos minutos destinados a la chorcha, el cigarro y la plática banquetera en las inmediaciones del Ministerio.

Alea Jacta Est.