domingo, octubre 01, 2006

Las perversiones de la secuestrada izquierda mexicana

Joaquim Ibarz
La Vanguardia

La campaña de linchamiento de Cuauhtémoc Cárdenas responde al resentimiento del candidato derrotado Andrés Manuel López Obrador, que tiene que buscar culpables ajenos para justificar los errores que le condujeron a perder la presidencia de México. No le perdonan a Cárdenas que a través de 'La Vanguardia' expusiera que uno de los motivos de no ganar las elecciones del 2 de julio fue la falta de una verdadera opción de izquierda.

Con todas sus virtudes y defectos, Cárdenas, al que ahora se le denigra y calumnia, al que la escritora Elena Poniatowska propició que la multitud manipulada le llamara "traidor" en la plaza del Zócalo, ha sido el motor de la alternancia y de la transición democrática mexicana. El peor de sus errores fue dar poder y oportunidad a un advenedizo autoritario que, utilizando prácticas caciquiles, secuestró a la izquierda mexicana, dando la espalda a cualquier principio democrático.

Tal como señala a 'La Vanguardia' el antropólogo e investigador social Roger Bartra, conocedor como nadie de los avatares de la izquierda mexicana, Cárdenas "ha sido la pieza clave que desencadenó la crisis del partido de Estado, el Revolucionario Institucional (PRI), y con ello abrió paso al proceso de transición democrática". Según Bartra, aunque Cárdenas hereda la tradición populista de su padre, el presidente Lázaro Cárdenas, "fue consciente de que era necesaria una transformación democrática del sistema".

Al comentar el linchamiento de Cárdenas que ha ordenado López Obrador, Bartra dice que "se podría aplicar lo de cría cuervos que te sacarán los ojos, sus seguidores en la tradición populista quieren devorar al padre; Cárdenas quedó muy solo, aislado, marginado, en la lucha interna del Partido de la Revolución Democrática (PRD)". Bartra afirma que "el linchamiento de Cárdenas habla de la categoría moral de los que lo han provocado y de los que asumen y acatan esas injurias; el hecho de que nadie salga en defensa abierta de un hombre de la integridad moral de Cárdenas al que ahora llaman traidor y le responsabilizan de la derrota de López Obrador evidencia en manos de quién está el PRD".

En México existe una amplia corriente intelectual, política, social, de verdadera izquierda, socialdemócrata, que en la mayoría de los casos no se siente representada en el PRD ni en sus dirigentes. Ni López Obrador, ni sus aliados, ni el subcomandante Marcos, tienen nada que ver con la izquierda moderna: son, en distintos grados y momentos, representantes de esa corriente nacionalista-populista que se ha impuesto en algunos países de América del Sur, que poco tiene que ver con una opción democrática y progresista.

Ahora, a través del saltimbanqui político Porfirio Muñoz Ledo, López Obrador manda a Cuauhtémoc el mensaje de que es un traidor, de que es "un instrumento de la derecha para robar votos a la izquierda". Pero ¿no fue Muñoz Ledo el que abandonó el PRD y lanzó su candidatura presidencial por el PARM en el 2000 para quitarle votos a la izquierda abanderada por Cuauhtémoc? ¿No fue Muñoz Ledo el que como candidato del PARM llamó a que ni siquiera votaran por él, sino que apoyaran al candidato de la derecha, Vicente Fox Quesada? Ese es el mensajero de López Obrador que pretende denigrar a Cuauhtémoc.

Tal como lo describe un brillante diplomático mexicano, Muñoz Ledo fue un político de retórica brillante con un gran ego y sentido de la oportunidad, que se "pegó" a gente importante y se asumió como destinado al poder, predestinado a grandes labores. Servidor de mil amos, fue ministro con Luis Echeverría y con José López Portillo, presidente del PRI y hasta llegó a ser uno de los "tapados" para la presidencia de México, aunque finalmente el "dedazo" favoreció a Miguel de la Madrid. Nada crítico consigo mismo, su discurso de izquierda se inscribe más bien en el PRI nacionalista. Supo como nadie aprovechar las debilidades de un sistema al que le incomodaban los escándalos. En su permanente huída hacia adelante nunca ha hecho autocrítica, no se ve pecados o errores en su larga trayectoria política, no es agradecido ni reconocido. "Usurpa, piratea y roba ideas y lemas, pues todo se justifica en nombre de la Patria, como él gusta llamar a la paga quincenal", nos comenta el diplomático, que ha tenido ocasión de conocer las flaquezas y debilidades de Muñoz Ledo.

La inquina de Porfirio hacia Cuauhtémoc viene de lejos. Cuando el 11 de junio de 1999 fue asesinado el popular conductor de televisión Paco Stanley, en México hubo gran conmoción. Muchas voces críticas se levantaron contra Cárdenas, en aquel entonces alcalde de Ciudad de México, al responsabilizarle de la inseguridad ciudadana. Este corresponsal recuerda bien cuando caminando por la calle Newton del barrio de Polanco se cruzó con la lujosa furgoneta de Muñoz Ledo. Al vernos, el fogoso político ordenó parar a su chófer, bajó del vehículo y en forma eufórica nos abrazó, al tiempo que decía. "¡Se jodió el Cuauhtemochas!" (palabra despectiva que él mismo había inventado con la contracción de mochaorejas –tal como llamaban al terrible secuestrador Daniel Arizmendi- y Cuauhtémoc). Más tarde, se supo que Stanley estaba vinculado con el narcotráfico y su asesinato se debió a un ajuste de cuentas. La lealtad hacia el fundador del PRD, cuando los dos eran los pilares que sustentaban al partido, nunca caracterizó a Porfirio.

En su delirio de izquierdista reconvertido, Muñoz Ledo cada vez va más lejos en su campaña de linchamiento de Cárdenas: "Cuauhtémoc es el responsable de casi dos décadas de neoliberalismo al entregar su triunfo en 1988. Hoy es un hombre funcional para la derecha". Sintiéndose de nuevo predestinado para la salvación de México, proclama: "Si en este momento quienes integramos el movimiento en torno a López Obrador transigimos, la izquierda mexicana no tiene salvación, está muerta otros 20 años, por una generación. Hoy, nosotros vamos a tensar la cuerda, de eso que no quepa la menor duda, no vamos a transigir en la defensa del voto popular".

Estas declaraciones de Muñoz Ledo pocos las toman en serio. Son muchos los que recuerdan que este izquierdista dispuesto a asaltar la trinchera estuvo el 2 de julio del 2000 en el monumento del Angel de la Independencia para celebrar la derrota electoral del PRI. En la tribuna, sólo hablaron el triunfante presidente electo Vicente Fox y... Muñoz Ledo. Mayor identificación con la derecha no podía haber. Sería bien recompensado. Durante cinco años fue colaborador del gobierno del Partido Acción Nacional (PAN), con un cargo bien remunerado de embajador en Bruselas ante el Reino de Bélgica y ante la Unión Europea. Y tan solo cuando se acercaba la campaña electoral, y confiando en la fiabilidad de las encuestas que daban seguro ganador a López Obrador, volvió al redil del PRD, partido del que fue fundador y presidente. A pesar de ser un político tan hábil y con tan buen olfato, apostó a caballo perdedor, y de ahí su resentimiento contra Cárdenas y contra el mundo.

López Obrador y Muñoz Ledo se autoproclaman paladines de la izquierda mexicana. Pero cada vez son más las voces que piden que la izquierda no esté en manos de demagogos y oportunistas, se libere del secuestro a que está sometida y vuelva a ser un referente ético y político. Pero eso no lo van a hacer los aliados de López Obrador, la mayoría ex militantes del PRI de oscuro pasado (uno de ellos José Guadarrama, acusado nada menos que de asesinar a militantes del PRD, y ahora es senador por el estado de Hidalgo).

¿Qué tienen de izquierda Manuel Bartlett y Manuel Camacho Solís, los orquestadores, ejecutores y promotores del fraude electoral de 1988 a favor de Carlos Salinas de Gortari y en contra de Cuauhtémoc Cárdenas? ¿Qué tiene de izquierda un partido que llevó en el estado de Nayarit a un candidato a gobernador que era del PRI? ¿Qué tiene de izquierda un partido que en la alcaldía del Distrito Federal lucró y sigue lucrando con el corporativismo, con 35.000 taxistas pirata -a los que extorsiona y utiliza como fuerza de choque- y de las organizaciones de vendedores ambulantes? ¿Qué tiene de izquierda López Obrador que cuando era alcalde de la capital paralizó la construcción del metro y levantó monstruosos distribuidores viales de dudosa utilidad con el fin de mostrar que era un gestor eficaz? ¿Qué tiene de izquierda un alcalde que jamás aceptó rendir cuentas del dinero que manejaba en Ciudad de México, que otorgó millonarias obras públicas con total opacidad, a dedo y sin concurso público, y que deshizo al Consejo de Transparencia?

¿Qué tiene de izquierda el alcalde que ocultó a Ponce (su jefe de Finanzas) y exoneró a Bejarano (su ex secretario privado y jefe de campaña) cuando se difundieron vídeos escandalosos que mostraban una gigantesca corrupción? ¿Qué tiene de izquierda el alcalde que quitaba el 30 por ciento del sueldo a sus empleados –incluso a los policías- para apoyar su candidatura a la presidencia de la República? ¿Qué tiene de izquierda el alcalde López Obrador que tomó millones de pesos diarios del presupuesto para promover su candidatura, amparado en una Asociación Civil de fachada? ¿Es de izquierda un Ayuntamiento que permite, ampara, promueve y financia el bloqueo que durante 47 días estranguló a la capital en defensa de una denuncia de fraude que nadie comprobó?

¿Es de izquierda un partido cuyo líder, López Obrador, impone como presidente del PRD al priísta de cepa Leonel Cota Montaño? ¿Es de izquierda un partido que tuvo como candidatos en los estados de Hidalgo, Tlaxcala, Quintana Roo, a personajes como José Guadarrama, María del Carmen Ramírez y Juan Ignacio García Zalvidea, que representan todo lo que criticó por décadas la izquierda mexicana? ¿Es de izquierda un candidato que tuvo entre sus principales promotores a la presidencia a personajes salinistas como Manuel Camacho, Socorro Díaz y Ricardo Monreal, entre otros, que además de ser artífices del fraude electoral de 1988 contribuyeron a la campaña de aniquilación –con decenas de asesinatos- del naciente PRD?

La antidemocracia, el autoritarismo, la corrupción, el corporativismo, la concepción vertical del poder, el uso patrimonialista del Estado, el empleo de recursos públicos para fines políticos personales, la imposición de candidatos a puestos de elección popular, y la represión contra los que disienten eran, entre muchas otras, las deformaciones que por décadas cuestionó la izquierda mexicana cuando el Gobierno estaba en manos del PRI. Pero, tal como señala el comentarista Ricardo Alemán, cuando esa deformación de la izquierda mexicana alcanzó el poder en la capital del país y en algunos estados, "fue tanto o más antidemocrática, autoritaria y corrupta que el viejo PRI; en el Distrito Federal, el PRD desplazó al PRI en el corporativismo, la concepción vertical del poder, en el uso patrimonialista de ese poder, en el empleo de recursos públicos para los fines presidenciales de López Obrador, en la imposición de candidatos, y en la represión contra los que disienten".

El mismo día en que el subcomandante Marcos acusó a López Obrador de "estar rodeado de lo peor del PRI-salinismo", el periódico 'Reforma' dio a conocer que por decreto emitido por López Obrador los vecinos de la capital no podrían conocer los gastos de imagen del alcalde del Distrito Federal, ni el padrón de proveedores de la alcaldía, ni los procedimientos de licitación pública y de adjudicación directa de los contratos, y aún menos los expedientes de denuncias ciudadanas y los contratos de publicidad vigentes. ¿Por qué esa opacidad? Según un comunicado oficial, dar a conocer esa información "comprometería la seguridad pública". Un gobierno que se decía de izquierda ocultó información fundamental sobre la administración de recursos públicos durante su gestión. López Obrador arrió sin rubor una de las banderas fundamentales de la izquierda, la transparencia.

El actual PRD utiliza los mismos métodos que el viejo PRI, sin que surjan voces –a excepción de Cuauhtémoc Cárdenas- que denuncien el autoritarismo antidemocrático y el secuestro del partido por un cacique populista . ¿Dónde están los militantes del PRD que exijan rendición de cuentas, transparencia y vigilancia? Callados. ¿Por cuánto tiempo?

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

¿QUIEN ES REALMENTE CUAUHTÉMOC CÁRDENAS SOLORZANO?

El Cuauhtémoc del Mañana

El Cuauhtémoc del mañana no puede ser sino el Cuauhtémoc de ayer. En eso por lo menos parece ser congruente y será, desde luego, absolutamente congruente y será candi­dato del PRD a ocupar nada menos que la presidencia de México, “El Cuauhtémoc de ayer” es el represen­tante del nepotismo que practicó en cuanto puesto público llegó a través de elección po­pular o sin ella.

“EL Cuauhtémoc de ayer” no tuvo empacho en ocupar simultáneamente dos puestos públicos, dos nombramientos incompatibles entre sí “El Cuauhtémoc de ayer” incurrió en graves deficiencias administrativas y contables durante sus diferentes cargos oficiales. “El Cuauhtémoc de ayer” abandona en La Insolvencia a varias dependencias que le había sido encomendadas. “El Cuauhtémoc de ayer” otorgó canonjías a parientes, tíos, primos y amigos como sí el patrimonio del Estado fuera de su propiedad. “El Cuauhtémoc de ayer” atrasó marcadamente el desarrollo educativo de Michoacán cuando prohibió la Instalación de unidades profesionales de la Universidad La Salle y el Instituto Tecnológico I de Monterrey. “El Cuauhtémoc de ayer” emitió decretos de congelación de rentas que se tradujeron en una elevación sustancial de los precios de arrendamiento de vivienda, frenó la construcción de casas habitación y estimuló la aparición de invasiones y asentamientos humanos irregulares en los principales centros urbanos de Michoacán. “El Cuauhtémoc de ayer” decretó una ley que desapareció el Consejo Universitario, provocó una prolongada huelga estudiantil y laboral, así como la designación de rectores paralelos, es decir, le dio cabida indiscutiblemente al caos académico al final de su mandato “El Cuauhtémoc de ayer” congeló las tarifas de transporte urbano de pasajeros que, al privar debido mantenimiento a los autobuses en razón de la descapitalización natural, hizo de la ciudad de Morelia una urbe con las mismas dificultades de transportación que una del África septentrional. “El Cuauhtémoc de ayer” dio de baja a catorce de dieciséis magistrados designando a los nuevos funcionarios Judiciales con arreglo al nepotismo y a la cercanía política. “El Cuauhtémoc de ayer” aumentó sustancialmente el gasto corriente mediante la expansión del aparato burocrático, I la creación de un mayor numero de puestos de nivel superior y el incremento del sueldo y prestaciones de los funcionarios. “El Cuauhtémoc de ayer” recaudo Todo fondos para adquirir instalaciones de la petroquímica secundaria depositando los recursos aportados de buena fe por el público en cuentas partícula rea, cuyo destino se desconoce. ¿Qué tal “El Cuauhtémoc de ayer“? ¿Por qué ha de ser distinto del de mañana? Si “El Cuauhtémoc de ayer” disfrutó practicó el nepotismo, no tuvo empacho en ocupar dos puestos públicos incompatibles simultáneamente incurrió en malos manejos administrativos y contables, abandonó quebrados organismos paraestatales, atraso educativamente a Michoacán desquicio la estructura de precios de arrendamiento de vivienda, provoco invasiones y asentamientos humanos Irregulares, ocasiono huelgas estudiantiles y caos académico. Inutilizo el sistema de transportas de Morelia, designo arbitrariamente funcionarios

Judiciales para asegurar su incondicionalidad desequilibro las finanzas publicas del estado al expandir el aparato burocrático incrementando desproporcionada mente los sueldos y recaudo fondos de particulares, cuyo destino bien valdría la pena conocer, no es difícil en este caso suponer cuál será la suerte de la ciudad

De México si un candidato con semejantes debilidades morales, administrativas e incapacidad política. Llega a ser nada Menos que Jefe del Departamento del Distrito Federal nadie que vaya a emitir su voto a favor de Cuauhtémoc Cárdenas puede ni debe ignorar sus antecedentes públicos para estar en condiciones de elegir responsable a la persona que habrá de conducir el destino de esta gran urbe, la cabeza del país, que de venirse abajo por Incapacidad, ausencia de previsión, intolerancia, apatía, negligencia o terquedad o todos sus elementos juntos? Podría ocasionar un severo daño al resto de la nación que contempla atónica la suene política dé la capital de la República.

EL CUAUHTEMOC MAYOR DE EDAD

La biografía política de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano tiene tres etapas claramente definidas a partir de su mayoría de edad. En la primera etapa de 1959 a 1969, ocupó cargos públicos en organismos federales. En la segunda a solicitud de su mama fue favorecido por el presidente López Portillo quien en un lapso de menos de tres años lo propuso como candidato a senador lo nombró subsecretario Fores­tal y de la Fauna e Inclinó el fiel de la ba­lanza a su favor para que fuera gobernador de Michoacán. La tercera etapa de 1987 a 1997 es la lucha desesperada y vió­lenla para que se le sean reconocidos sus derechos de heredero de la Presidencia de México. Como detalles personales de su personalidad valdría la pena no perder de vista que el Cuauhtémoc de hoy se hizo re­tratar con Marcos en la selva chiapaneca. Más aún. Durante la visita del Papa Juan Pablo II a México. Cárdenas pidió que aquél fuera expulsado del territorio nacio­nal por considerarlo un extranjero inde­seable. ¿Qué tal? ¿Ya se le olvidó lo ante­rior a este hermoso pueblo sin memoria?.

CUAUHTEMOC Y EL NEPOTISMO

Cuauhtémoc, como beneficiario directo del nepotismo, fue secretario del Comité Técnico del Rió Balsas de 1959 al 62. Más tarde, fue director de Estudios de la mis­ma comisión. Simultáneamente fue nom­brado en 1964 residente de la construcción de la presa “La Villita”. Obra que fuera a cargo de la CFE. Este doble nombramiento de director y residente, es decir, el ejer­cicio de dos empleos al mismo tiempo le reportaron evidentes ventajas lucrativas al joven Cárdenas. También se desempeño como subdirector de la Siderurgica Las Truchas,

CUAUHTEMOC ADMINISTRADOR

Cuando Cuauhtémoc Cárdenas fue director del Fideicomiso Lázaro Cárdenas se registraron graves deficiencias administrativas y contables, al extremo de que no fue posible conocer el monto y distribución de las inversiones que se realizaron, en virtud de no existir la do­cumentación suficiente para apoyar las operaciones realizadas, según consta en diversas auditorias practicadas por di­versos despachos de profesionales. El in­geniero Cárdenas debería explicar ante la opinión pública si es que es cierto que se cobraron obras de almacenamiento de agua sin haberse éstas aparentemen­te ejecutadas. El fideicomiso quedó insta­lado en el caos a su salida ya que tam­poco se ha podido precisar el número, tipo y localización de las obras, pues los contratos no establecen lugar donde se efectuarían ni se proporcionó informa­ción sobre la terminación de las mismas. ¿Qué pasó con el dinero y las obras? El electorado se merece una explicación.

Como un detalle adicional de su ges­tión como administrador, el fideicomiso a su cargo no pudo cumplir sus adeudos ni con Nafinsa ni con Banobras. El es­tado de insolvencia fue total. ¿Qué tal su papel como administrador?

CUAUHTEMOC Y EL NEPOTISMO

Siendo director del fideicomiso antes citado otorgó un contrato de maquila al señor Francisco Batel, suegro de Cuauhtémoc Cárdenas, por un total de casi dos millones ochocientos mil pesos, de los cuales el propio señor Batel presentó recibos sin requisitos fiscales, es decir, documentación hecha sobre la rodilla, inútil para efectos tributarios y particularmente útil para efectos defraúdantes. Además de lo anterior renovó una concesión a su abuela Albertina Bravo viuda de Solórzano para disfrutar 6,000 metros cúbicos de madera de oyamel. Extendió permisos de aprovechamiento forestal a tíos y primos como el caso de la com­pañía maderera La Guadiana por un pla­zo de 20 años cuando la ley solamente autorizaba diez… Otorgó facilidades ad­ministrativas a Clotilde Solórzano Bravo, a Lázaro y Cuauhtémoc Cárdenas Bravo y a Virginia, Victoria y Susana Solórzano Bravo para explotar los predios “El Ci­prés” y “Huirimangatío”, así como be­neficio a su propia madre y a Alejandro Solórzano mediante la entrega del predio Los Ajolotes en el Municipio de Hidalgo. ¿Cómo olvidar además la venta de dos hectáreas de terreno en el lugar denominado playa Eréndira, en el Municipio de Lázaro Cárdenas, Michoacán, nada menos que a su mamá doña Amalia Solórzano viuda de Cárdenas? ¿Más? ¿Toda vía más? Cárdenas no sólo vendió a su mamá importantes cantidades de terreno a través de maniobras poco claras sino también a su suegro el señor Fran­cisco Martins Batel, quien es poseedor de casi siete mil metros en la misma playa, al igual que Celeste Batel de Cárde­nas, su esposa, posee un predio de doce hectáreas denominado Las Lagunas en el municipio de Lázaro Cárdenas. Por si fuera poco lo anterior cuando Cárdenas fue gobernador nombró a Jor­ge Solórzano, su primo, como director de la Casa de la Artesanías; a Sergio Bátiz Solórzano, también su primo, como se­cretario de Programación y Presupuesto de la entidad y amigos incondicionales como Jesús Oregel, como jefe de com­pras del Gobierno del Estado.

CUAUHTEMOC GOBERNADOR

Promulgó una ley estatal de educación para frenar el crecimiento de plante­les escolares propiedad de particulares vinculados a la Iglesia católica, como si hubiera una sobreoferta de aulas y pupi­tres en Michoacán y en el resto del país. ¿Qué tal cuando prohibió que la Univer­sidad La Salle y el Tec de Monterrey se asentaran en Michoacán como si no se supiera que donde hay universidades y tecnológicos de esa naturaleza se dan abiertamente las posibilidades de desa­rrollo económico. ¿Respuesta? Se opuso a La Salle y al Tec. La ley inquilinaria provocó invasiones y asentamientos humanos en los principales centros urbanos del estado. El Cuauhtémoc gobernador desquició a la universi­dad, a los transportes, a la administración de justicia y a las finanzas públicas, ade­más de patrocinar grupos de choque que produjeron un imponente malestar.

CUAUHTEMOC MECENAS

Valdría la pena preguntarle a nuestro famoso poeta Hornero Aridjis cuál es su opinión después de que fue cesado violen­tamente por el gobernador Cárdenas después de que éste se negó a realizar el festi­val internacional de la poesía en Morelia y | le pidió a Aridjis que, a pesar de que los colegas de este último ya estaban en Mé­xico, volvieran sin más a sus países de ori­gen. Aridjis cesado, pudo, sin embargo, salvar el prestigio nacional de México apoyado por poetas mexicanos e instituciones que coadyuvaron a la realización del evento. El arte y la cultura del Distrito Federal en manos de Cuauhtémoc Cárde­nas no sería por lo visto muy aconsejable o mejor dicho, nada aconsejable o totalmente desaconsejable.

CUAUHTEMOC INCENDIARIO

Los asentamientos irregulares que aparecieron en las ciudades michoacanas de Morelia, Uruapan, Zamora y Lázaro Cárdenas como consecuencia de la ley inquilinaria hizo que surgieran organizaciones radicales como “Tierra y Libertad” o la “Unión Popular Solidaria” que acabaron por desquiciar las finanzas municipales. Como si no fuera suficiente lo anterior proliferaron las casas del estudiante originadas por la invasión de inmuebles de particulares tanto en Morelia como en Uruapan, invasiones que fueron promovidas por la administración cardenista que impulsó a organizaciones estudiantiles como la Federación Nacional, de Organizaciones Bolcheviques a reivindicar a los estudiantes universitarios rechazados. ¿Ya no es incendiario? ¿Y Marcos?

CUAUHTEMOC CONTRATISTA

Como fundador y director de la empresa INDE, S.A. y Constructora INDE

Conductores, Cuauhtémoc Cárdenas fue contratista de PEMEX en aproximadamente quince importantes contratos en los que destacan la construcción de un gasoducto entre Tabasco y Veracruz; la construcción de una planta de amoniaco en Salamanca, Guanajuato; la instalación de un poliducto de doscientos sesenta y nueve kilómetros entre Zacatecas y Coahuila, otro de trescientos cuarenta kilómetros entre Monterrey y Durango, entre otras plantas hidrodesulfaradoras de diesil y turbosina en Salamanca y Minatitlan, respectivamente. Lo anterior viene al caso porque su padre el general Cárdenas afirmó el 29 de enero de 1967 que “el tiempo aclarará que Cuauhtémoc no es contratista. Ni él ni yo vamos a manchar la ejecutoria de 1934-1940″. Todo permite suponer que don Lázaro desconocía las evidencias documentales que acreditan a Cuauhtémoc como contratista. ¿Qué hubiera dicho de él?

DESTRUCCION DE LAS MINAS DE INGUARAN

La demolición de las minas de Inguarán municipio de la Huacana donde laboraban más de mil trabajadores, siendo Cuauhtémoc Gobernador de Michoacán les negó per­misos para continuar trabajando porque eran extranjeros dio manos librea a los obreros quienes se quedaron sin trabajo, dedicándo­se a destruir toda la unidad habitacional para extraer la varilla y venderla lo mismo hicieron con basculas, albercas y tuberías subterráneas de una a diez pulgadas de diá­metro emporio de trabajo lo convirtió Cuauhtémoc en ruinas como a la fecha se puede apreciar. Consideran que se requieren alre­dedor de Mil Millones de pesos actuales pa­ra volver a recuperar esa empresa.

Si Cuauhtémoc es amante del nepotismo, ocupó simultáneamente dos puestos, incurrió en malos manejos administrativos, quebró organismos paraestatales, y atrasó procesos educativos, desquició el arrendamiento de viviendas, provocó invasiones y asentamientos irregulares, ocasionó huelgas estudiantiles y caos académico, inutilizó el sistema de trans­portes de su estado, patrocinó grupos in­cendiarios, pasó por encima del poder judicial, desequilibró las finanzas públicas, y mostró hasta la saciedad su incapacidad, su falta de habilidad como gobernante de Michoacán, ¿qué esperan del Cuauhtémoc del mañana quienes piensan votar por él a pesar de sus antecedentes demostrables como funcionario Público?

Quien vote por Cuauhtémoc Cárdenas no debe sorprenderse ni por el nepotismo, ni por los malos manejos, ni por la influencia de su madre en los asuntos públicos, ni por la quiebra de paraestatales propiedad del Departamento del Distrito Federal, ni que la ciudad de México se vaya otros cuarenta años para atrás si se vuelve a legislar en materia de rentas congeladas, ni del caos urbano por una parálisis del sistema de transportes de la capital de la República, ni del desequili­brio de las finanzas públicas del Depar­tamento, ni de la demagogia ni de la des­trucción cultural de nuestra ciudad.

Todos tenemos datos para comprobar la gestión de Cárdenas. Todos pueden comprobar sus antecedentes y si a pesar de eso lo favorecen con su voto nadie po­drá tener derecho a reclamar nada, ab­solutamente nada. Lo que nos espera es claro y transparente. Sólo esperaremos que la residencia oficial de Los Pinos no aparezca un día heredada a un Cárdenas ya que Cuauhtémoc siempre alegó que por el hecho de haber nacido en ese lu­gar, por derecho natural y político le co­rresponde volver por gravedad a dicha residencia.

¿Quién cree a los Cárdenas? ¿Necesi­taremos más pruebas para saber quién son los Cárdenas del mañana?

octubre 01, 2006 8:36 p.m.  

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