miércoles, diciembre 20, 2006

Último día, vacaciones, brindis y Madrid

En efecto, hoy es el último día laboral para una parte importante del funcionariado público de este país. Desde este día y hasta el 8 de enero del próximo año estaremos disfrutando un merecido periodo dedicado al solaz y el esparcimiento. Algunos, los menos, tendrán que venir a las oficinas, ya sea de guardias, ya sea porque mañosamente pidieron venir cuando no hay nada para luego regresar por ahí del 10 o del 11. En fin. Por lo pronto, hoy estará dedicado a los avatares del intercambio de regalos, los brindis, las emotivas palabras por el recuento de lo realizado y el porvenir, así como a las comidas, cenas, posadas y reuniones con los compañeros burócratas.

Ayer fui a comprar la bufanda y los guantes que me toca regalar a una chica en el intercambio de la oficina. Espero que me den algo bueno porque siempre resulta que tú gastas y los demás te dan cualquier cosa como comprada en Niño Perdido. Esta ceremonia está programada para las 11 horas y después, en el éxtasis del compañerismo y la paz y la armonía, a las 13 se realizará el tradicional brindis de fin de año con la presencia de... bueno, realmente no sabemos quién vaya a presidir el viejo ritual ante los cambios en el gabinete que un año como éste suele implicar.

El punto es que, repito, casi todo este día estará dedicado a las artes de la socialité, el pasé composé (o como se escriba) y el jet set. Algunas llamadas a los colegas que apreciamos dentro del Ministerio para desearle los parabienes correspondientes en estas fiestas, así como uno que otro abrazo fingido con sonrisa frescaérea.

De esta forma, a partir de mañana se bajará la cortina burocrática. Y como este blog es burócrata, como sus creadores y sus colaboradores, pues también resentirá la ausencia de actividades en el calendario oficial.

Y hablando de las vacaciones y las navidades y los fines de año y tal, este año será especial para mí. Resulta que sí-se-pudo: sí hemos conseguido los boletos rumbo a allende nuestras fronteras. El viernes zarparé a Madrid para pasar ahí las festividades correspondientes durante una semana. Como había escrito líneas abajo, me preocupaba el asunto por el tema de Air Madrid, ya que al venirse abajo dicha aerolínea de bajo costo, pues todos los que quedaron --literalmente-- en el aire buscarían otras opciones que colapsarían la de por sí limitada oferta de asientos en esta temporada alta.

Para mi fortuna, y haciendo alguno que otro malabar de tercer grado de dificultad sin red de protección, ya está casi todo listo para tomar la maleta y dirigirme del Peñón de los Baños, D.F., hasta Barajas, Comunidad Autónoma de Madrid. Desde este momento me saboreo los pollos Mingo y los chorizos a la sidra, las chelas de los bares en Gran Vía, las croquetas de calamar y bacalao, así como me imagino el escenario de la Plaza Mayor y el Paseo de la Castellana en invierno. Pero, claro, también como que me dá escalofrío pensar en los 0 o -1 grados centígrados de la temporada. En fin. Por eso me voy mesurado pensando en que todo va a salir bien.

Colegas, ésta no es la última aportación a este blog en 2006. Espero que haya --al menos-- una más en la que transcriba algunas de las notas de la bitácora de viaje a España, así como otra en la que se les den las respectivas salutaciones de fin de año a los lectores habituales.

Mientras tanto, ahí vamos de nuevo.

La añeja tradición de morir para vivir.

Salud.