lunes, abril 02, 2007

Kraken

Bueno, pues aquí estamos de nuevo. En lunes previo al parón religioso. Que nadie diga que la burocracia mexicana no trabaja aún en estas condiciones. ¡Presentes!

Hace un rato, mientras venía rumbo a la oficina, pude observar a varios homólogos del Gobierno del Distrito Federal en sus bicicletas rumbo a sus aposentos burocráticos. Vaya cosa. Ahí iban sudando la gota gorda para cumplir con las instrucciones de su patrón, D. Marcelo Luis Ebrard Casaubón.

Espero que en la Administración Pública Federal no les dé por copiar --o al menos competir-- con dicha medida y que al rato nos obliguen a venir no una, sino dos veces al mes pedaleando desde nuestros hogares. Muchos sí nos saltaríamos la medida no tanto por una cuestión de principios, pero sí por otra razón más poderosa: de sobrevivencia física. ¿Creen que algunos soportaríamos el esfuerzo de venir de esa forma desde nuestras casas? Al menos yo, 31 años, 83 kilos, sí me las vería negras en eso de darle duro desde el länder de Benito Juárez hasta esta zona de la ciudad en bicla.

En fin. Lo políticamente correcto se instala con fuerza en la capital en movimiento (ya vimos por qué le han dado ese eslogan a la Ciudad de México durante la presente administración).

Por otra parte, ayer me dispuse a ver el partido de Pumas desde la comodidad de mi hogar arropado por un confortable abrigo de malta, lúpulo y cebada. ¿Y qué me encontré? Lo de siempre: un equipo que no sabe ganar. Ya me extrañaba que la cosa pintara tan bien desde el minuto dos. Hombre, si hasta me tallaba los ojos cuando ya iban dos a cero. En el segundo tiempo el mundo retomó su curso natural y los Tecos nos empataron. Por un momento creí que el fin del planeta había llegado.

El Atlético de Madrid por el estilo. Después de ir ganando con un gol de ese niño pijo que es El Niño Torres se ha dejado alcanzar por el Mallorca. Creo que el futuro de Aguirre sí se ve bastante confuso en la capital española.

Luego, los queretanos caen ante el Amiérdica cero dos. Hombre, ¿así quieren salvarse del descenso? Ahora no fueron los árbitros (aunque al Santos Laguna le marcaron un penal a favor otra vez bastante dudoso en su visita a la tierra del jaguar). La verdad, ya me vale quién se salve y quién se quede. Ambos son igual de mediocres. Unos por no jugar bien y otros por marrulleros. Es más, si se puede hacer algún tipo de reforma en el reglamento de la FMF, ¡que se larguen los dos!

Cambio de tema nuevamente. Algo que me levantó la moral este fin de semana fue que ya descubrí que mi iPod no era el que estaba dañado en cuestión de calidad de sonido. Desde hace unos días, cuando me montaba los audífonos en las orejas para recorrer ese tramo que va de Reforma al Zócalo, me jodió el que el volumen estaba bastante disminuido. Pensé que era el aparatejo. Pero ahora me he dado cuenta de que han sido los auriculares. Ya me agandallé los de mi mujer y sí, se sigue escuchando poca madre (apenas leí que en Nueva York quieren prohibir --o ya prohibieron-- que la gente ande con sus cables blancos pegados a los oídos por las calles para evitar accidentes).

Hoy la ciudad está más o menos tranquila. Los críos no fueron a sus escuelas. Buenos momentos para el solaz. Poco tráfico, un ambiente relajado de aquí hasta el miércoles por la tarde. Una semana más corta. Aunque luego esta clase de días son los más engañosos: pintan como que todo irá a la perfección, pero suelen joderse y venirse abajo tal y como le sucedió a la tal Lorena Ochoa en el último torneo de golf que disputó (según Televisa es nuestra deportista más reconocida de la actualidad... ja, ja, la "mejor" es una golfista en un país de miserables).

Muy bien. Ahí vamos.

¡Aúpa!