Viernes otra vez

Así es, hemos arribado al viernes. Más rápido que de costumbre porque todo comenzó el martes. Mucho calor y esa sensación de pereza y loza sobre la espalda. En este momento nuestro DG no está en la oficina y como que ya todo mundo nada más está pensando en que llegue su respectiva hora de salida para correr rumbo a sus múltiples ocupaciones de fin de semana. Bueno, no estaba porque en este preciso instante lo he visto recorrer el largo pasillo rumbo a su oficina. Chale.

En el iPod suena una vieja canción de Tex Tex que se llama Despedazado... "te sonrías un poquito pensando en mí". Los compañeros burócratas felices y con amplia sonrisa (los que ya se van). Otros con esa como mueca de resaca compuesta por fastidio y enfado de seguir aquí. El que se encarga de las cuestiones administrativas llegando también en este instante con un traje color verde agua y su gorrita de Nacho Trelles (es neto). Por allá, la señora que hace de mil usos en la oficina del DG (DG no significa Dolce & Gabanna, sino Director General).

Atrás de mí más burócratas. Una pasa con una botellita con agua recién llenada en el recipiente eléctrico al cual podemos acudir en cualquier momento. Por allá otra colega viendo con parsimonia filosófica su Outlook sin hacer ningún movimiento y sin tener ningún correo nuevo en su bandeja de entrada. Ahora pasa frente a mí la funcionaria que habla como la novia de Súper Can. A punto de subir al ascensor un par de desconocidos vestidos a la usanza casual friday chafita.

En fin. Un retrato costumbrista de viernes por la tarde calurosa en algún Ministerio de la Administración Pública mexicana.

Apaga y vámonos.