viernes, abril 13, 2007

Y retiemble en sus centros

No es para exagerar, pero resulta que está página al servicio de la comunidad resultó ser el eficaz medio de difusión por el que me enteré que tembló.

Resulta que como dicen "ando fueras" y en el ir y venir de esta vida burocrática hasta que por este medio, después de medio día me enteré de lo sucedido.

De ahí en adelante he recabado todo tipo de testimonios:

- Mi esposa me contó cómo estaban disponiéndose a dormir, cuando sintieron como se movía la cama y luego las cortinas y luego todo lo que colgaba. Después empezó a crujir todo el edificio y eso que vivimos en la zona del pedregal por Ciudad Universitaria, donde el piso es más firme. Los vecinos bajaron con escándalo acostumbrado, hasta que pasó. Mi hija no podía dormir porque se sentía mareada y muchos no pudieron conciliar el sueño toda la noche. Por el contrario, mi hijo ni se enteró, su cama se movía como la del exorcismo, pero él no interrumpió su sueño.

- Mi mamá igual que mi hijo no se dieron por enterados, así que se ahorraron las crisis nerviosas, al otro día mis hermanas se encargaron de contarle que efectivamente se sintió bastante fuerte, en Coyoacán, en algunas zonas el terreno ya es pantanoso. La casa resistió un temblor más.

- Mi cuñado dice que estaba sirviéndose agua de un garrafón, cuando sintió que era muy pesado y empezó a perder el equilibrio, en esa zona, por el lado de Balbuena, sí se sintió más fuerte. Dice que veía cómo sus ideas se le venían encima.


Son todos los testimonios que he podido recabar hasta el momento, aquí nomás se comenta que estuvo grueso y empiezan a rememorar el terremoto de 1985, uno le tocó estar por allá en el hotel Venidorm, o sea que cuando salió le tocó ver gran parte del desastre.


Esperemos que el Maese Manolo ya esté recuperado del impacto, que se coma un bolillo con un té de gordolobo, para que no le de diabetes y que no se duerma hoy en pants para estar preparado para salir corriendo ante cualquier eventualidad.

Pero no es para menos, me imagino las escenas de "pánico en el edificio" cuando este se columpia pareciendo vencerse, la energía eléctrica cortada y los infaltables gritos de de algún histérico, quien veía su vida pasar, recordando las escenas dantescas del terremoto que todavía algunos llevamos en la memoria. Aún recuerdo que cuando pasa todo si te quedas medio mareado, como bajándote del barco y tardas en poner en orden tus ideas.

Esperemos que no haya pasado a mayores y que este haya sido el temblor de magnitudes que ya presagiaban desde hace varios años los fatídicos.Y también espero que haya servido de algo la cultura de protección civil que hemos desarrollado desde entonces.