jueves, junio 21, 2007

Comentarios después de ver al equipo de fútbol de este país contra unos que dicen que son de una isla del Caribe

a. Es bastante insoportable la actitud de Borgetti, así como de ufff, weeee', qué ondaaaa. Ni corre, ni remata y siempre que le marcan algo pone cara de pero cómo puede ser posibleeee... Le hizo mal haber pisado suelo británico.

b. Guardado es un jugador sobrevaluado. Bueno, no sobrevaluado: hipervaluadísimo. ¿Cuál es el mérito del crío? ¿Correr como loco?, ¿tirar centros sin ton ni son?, ¿tener la cabellera quebradiza?, ¿estar tasado en 20 millones de dólares por su equipo tapatío?, ¿ser joven?, ¿haber sido codiciado por un equipo italiano al término del Mundial pasado? A lo mejor todo eso, pero como jugador en activo de la selección es un fiasco.

c. ¿Por qué Cuauhtémoc Blanco no se comporta igual de prepotente en Estados Unidos que aquí, en su tierrita mexica?

d. Un día un español me dijo que con lo que había ganado Hugo Sánchez en el Madrid le podía alcanzar para vivir muy bien a él y a tres generaciones abajo de la suya. Hombre, pues si esto es verdad, qué mal gusto tiene para vestirse. Con todo el dinero que --se dice-- tiene en la cuenta bancaria, ya era para que se comprara una camisita decente y no esas playeritas como de Pepe El Toro que siempre saca cuando dirige desde el banquillo. Un poco más de estilo, Sr. Sánchez (deje atrás la Balbuena, por favor).

e. Los defensas de las Chivas nos muestran una gran realidad del fútbol nacional: aquí, en su terruño, todos son unas fieras indomables, dioses huicholes, pero cuando salen y están lejos de su hábitat se comportan como unos mansos corderos humildes y agachados.

f. Todo mundo habla de Hugo como el responsable de esta debacle. Tienen razón. Pero, ¿qué me dicen del argentino que está sentado a su lado y que --se rumora-- es el verdadero cerebro (es un decir, claro) de la estrategia del equipo? Me refiero a Sergio Egea. Los medios de comunicación deberían voltear a analizar el comportamiento y el desempeño de este tipo, pese al protagonismo de Sánchez.

g. Y hablando de los medios, pues lo de siempre: son bastante repulsivos. Apenas mete un gol México y ya todos están alzando loas y poniéndoles guirnaldas de olivo en las sienes de estos 11 que pelotean sin saber bien a bien qué quieren sobre el césped.


Así las cosas, ya mejor que se acabe esta agonía llamada Copa de Oro (¿a quién se le ocurrió un nombre tan chafa?, ni en Iztapalapa nombran así a los torneos del barrio) y que Estados Unidos nos salve o nos ponga el último clavo al ataúd.

Salve.