martes, febrero 12, 2008

Conferencias y fútbol americano estudiantil

Bueno, un tema que también no podemos dejar pasar en la agenda de este buroblog es el de la reciente bifurcación de la ONEFA en dos ligas: la que se seguirá llamando “de los grandes” y la que ahora tendrá el título tentativo de “central”. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué se ha dado esta escisión en el fútbol americano estudiantil de México?

Según los reportes periodísticos aparecidos desde la noche del sábado, luego de la reunión de los integrantes de la ONEFA (Organización Nacional Estudiantil de Fútbol Americano) en Xalapa, Veracruz, la Universidad Nacional y el Politécnico Nacional decidieron instrumentar esta propuesta de separación porque las condiciones de competición no son equitativas con los representativos de las instituciones de educación superior privada, es decir los cuatro campus del Tecnológico de Monterrey, la UDLA y, aunque públicos, los Tigres de la UANL. En su opinión esto ha generado que se pierda el interés y que los resultados sean previsibles. Entonces, lo que ahora hay son dos conferencias en las que jugarán equipos que, en teoría, tendrán el mismo nivel.

Lo anterior ha generado diversas reacciones e interpretaciones. Por un lado, que esto crea de facto una liga de pobres y otra de ricos y que, al final del día, dejará de mostrar el verdadero nivel de competencia del fútbol americano colegial mexicano. Por otro, que se ha hecho un acto de justicia ante los abusos que cometen los cuadros privados, los cuales, claro, cuentan con mayores recursos y argucias para reflejarlo en los inamovibles resultados de los últimos años (el Tec de Monterrey es tetracampeón y, al parecer, la racha se seguirá extendiendo por varias temporadas más, a pesar de la resistencia de sus hermanos de Atizapán).

En mi opinión, cuando leí la noticia me desconcerté. Es decir, los 12 originales son los grandes, se separen o no. Debajo de ellos están otras ligas que les confirman tal estatus. Por supuesto, no me gusta que siempre las universidades privadas ganen, ya que, en efecto, muchas veces lo realizan por medio de condiciones que las públicas no cuentan o que están muy lejos de alcanzar. Pero el punto a aclarar es saber si cada nueva conferencia aportará a su respectivo campeón para, después, disputar algún tipo de súper tazón mexica que nos dé al verdadero e indiscutible monarca estudiantil. Desde ahora preveo que siempre será algo así como Tec de Monterrey versus IPN o UNAM en el campo de la capital de Nuevo León.

Es difícil dar un argumento de aprobación o rechazo tajante. Me explico: cada una de las posiciones tiene mucho de razón. Apoyaría esta medida en el sentido de que sí es un abuso el de las privadas y que, a este ritmo, nunca jamás dejarán de ser campeones los Tecs y, peor aún, en el mediano plazo la liga estaría compuesta sólo por sus campus. Pero también no la apoyo del todo porque, bueno, esto también debería motivar a que las públicas, sobre todo la Universidad Nacional, busquen formas alternativas y eficientes para competir al tú por tú y, sobre todo, a no claudicar.

En fin. El asunto es interesante porque no sólo va de por medio un tema que genera pasiones como el deporte, sino que también es un indicador de lo que ocurre actualmente con la educación superior en el país. El viejo dilema de las públicas versus las privadas. Es más, hasta el asunto de la educación en el país se refleja en este tema: ¿es mejor la que brinda el Estado o la que dan los particulares?

Por cierto, un punto que sí sería rescatable de esta propuesta es que los Osos Acatlán subirían de categoría para integrarse a la tal conferencia central. Bueno, otro punto bueno y malo al mismo tiempo. Preferiría que mi escuela alcanzara dicho nivel por su propio esfuerzo y no como consecuencia de un asunto del azar.