jueves, marzo 27, 2008

El tiro por la culata

Estoy muy dicharachero, pero creo que aplica muy bien esto ahora que el Frente Amplio Progresista, como ellos mismos se han denominado, se enfrentan ahora al engendro que ellos mismos han creado.

En efecto, después de dominar las negociaciones para reformar la Constitución y el Código Electoral, el perrede, convergencia y pt se dieron a la tarea de insertar una serie de dispositivos más bien reaccionarios. Su razonamiento fue simple: en las pasadas elecciones nos afectaron con campañas publicitarias sucias, ahora reformemos la ley para prohibir la contratación de publicidad o proselitismo político; entonces en adelante ya no habrá ventajas ni campañas contratadas que nos afecten.

Sin embargo, este tipo de reformas con dedicatoria nunca sirven para lo que el autor cree que funcionará. Son extraños los supuestos que pueden aplicarse a una ley, por eso debe ser abstracta, sin dedicatoria.

Ese principio no lo respetaron nuestros legisladores de la izquierda progresista mexicana y ahora caen en su propia trampa. Resulta que la primera aplicación de su nueva legislación es precisamente en contra de su grupo.

Creo que si se aplica la ley lisa y llanamente, deberá sancionarse al llamado FAP, por hacer proselitismo en los medios, específicamente en tv nazteca, para convocar a una reunión masiva en el Zócalo en contra de las reformas energéticas. Si como lo preve el Cofipe reformado por ellos mismos, todo tipo de publicidad política deberá ser contratada por el IFE y no por partidos políticos o cualquier otra persona física o moral.

Entonces ahora resulta que nadie puede contratar propaganda política, como los mismos legisladores propugnaron y dejaron plasmado sin lugar a dudas.

Ahora hay que aplicar la ley y le corresponde al IFE hacerlo, ahora esperaremos si se culpa al Consejo General de ese instituto o a su flamante presidente de represión a la inerme izquierda, frente al abusivo poder del Estado.

No podemos soslayar que estamos frente a una clara crisis política en el país y que uno de los elementos indispensables para solucionarla es una reforma legal integral que oriente el adecuado desarrollo de un sistema político. En su momento, cuando se creó el IFE, el país transitaba por escenarios similares, el proyecto del Cofipe respondió a las espectativas creadas. Las recientes reformas, como se está evidenciando, respondió a cuestiones coyunturales que de ninguna forma definen un rumbo o diseño de sistema político o por lo menos de partidos que garantice la pacifica convivencia de los diversos actores políticos.

Esperamos, con pocos ánimos que nuestros legisladores ahora no decidan reformar nuevamente la legislación electoral para ahora sí permitir al FAP publicar sus convocatorias libremente por los medios.