miércoles, julio 30, 2008

Historias del DF

Jorge Chabat

Historia 1. Camino una tarde por Paseo de la Reforma, afuera del Sanborns del Ángel. Paro un taxi. Le pido que me lleve a la colonia del Valle. Me advierte que es de sitio y que a ese destino me cobra 200 pesos (el costo normal es de 50 pesos). Me bajo. El taxi continúa con su tarea de asaltar a un incauto. Dicha historia se repite una mañana afuera del hotel Presidente Intercontinental y una noche frente al hotel Camino Real de Polanco.

Historia 2. Mientras espero una mañana al Metro que no pasa, escucho en la estación Zapata una conversación de andén a andén entre dos vendedoras de discos pirata. Una le dice a la otra que la detuvieron los cuates de negro y que le dijeron que “aflojara”. Como les dijo que no traía dinero, la dejaron ir. La misma vendedora cuenta que luego la detuvieron otros, unos “gordos”, y se repite la historia. Le pidieron dinero y al no traer, la dejan ir. La vendedora que escucha aclara que a los “gordos” no los conoce. Esos son otros, dice.

Historia 3. En la avenida Félix Cuevas hay un puesto de discos pirata. El encargado del puesto le dice a un amigo que detuvieron a Los Apocalyptos y les bajaron 500 pesos. Que además, los amenazaron con llevarlos al reclusorio. Los dos se ríen de Los Apocalyptos: cómo se creyeron el cuento del reclusorio...

Historia 4. Viajo en la línea 3 del Metro y el tren da un frenón brusco. Un hombre de la tercera edad se queja conmigo y me dice que ya tiene un brazo lastimado por los frenones constantes del Metro. Me comenta que como Ebrard no se sube al Metro, no se da cuenta de esa situación. El hombre me pide que comente eso en mis apariciones en los medios.

Historia 5. Voy en la noche a una entrevista con Adela Micha a Televisa. Para evitar el tráfico me voy en Metro. Tomo la línea 3 y el tren se va parando constantemente hasta llegar a la estación Hospital General donde se para definitivamente. Le pregunto al conductor si va a avanzar. Me dice que sí, que me espere. Después de 20 minutos salgo y tomo un taxi que me lleva a mi destino a donde llego de milagro y mojado. Dicha escena se ha repetido en varias ocasiones. El Metro se para y hay que salir a tomar un taxi. Yo lo puedo hacer. La gran mayoría de los pasajeros no: esperan y obviamente llegan tarde a donde van. Bueno, yo también casi siempre llego tarde.

Historia 6. Salgo una mañana del Péndulo de la Condesa y tomo un taxi de sitio que está afuera de dicho lugar. El taxi tiene una calcomanía del PRD. Le pregunto al chofer si es perredista. Me dice que no, que la calcomanía se la dieron en el sitio de taxis. Y que es bueno traerla, porque así los policías no lo paran para revisar sus documentos.

Preguntas. ¿Sabrá el jefe de Gobierno del Distrito Federal de estas pequeñas historias que muy probablemente se repiten todos los días en infinidad de espacios en la ciudad de México? ¿Sabrá que esto ocurre mientras él promueve entusiastamente la consulta sobre la reforma energética?

Analista político e investigador del CIDE