Retomando
Lo peor de salir de vacaciones es conocer la fecha en que todo vuelve a la normalidad: el plazo fatídico en el que los relojes se detienen, las cosas se tornan grises y la rutina vuelve rejuvenecida y con ganas de venganza a por ti. Aunque ese día aún no llega, su estela se puede notar ya en el horizonte.
Empezaría esta anotación con lo primero que me viene a la cabeza: tres rostros femeninos que, pese a que media humanidad les rinde culto y veneración, a mí me parecen totalmente prescindibles y sobrevaluadas.
Me refiero a las señoras Ingrid Betancourt, Carla Bruni y Shakira. No sé por qué, pero las tres encabezarían una larga lista de damas no deseadas en este buroblog. Quizás sí sabría por qué. Su protagonismo excesivo, sus fines megalomaníacos, sus falsas estrellas de bondad y ternura, su verdadera epidermis depredadora bajo el disfraz de buenasintencionespermanentes... En fin. Un extenso catálogo de atributos nefastos concentrados en tres maneras de hacer y plantear la femeneidad sobre el planeta (y con una pequeña ayuda de los medios de comunicación).
Pero no hagan mucho caso. Sólo son pruritos personales.
Después me iría al terreno del fútbol. Ahora que está tan de moda la tal Súperliga (un embrollo sacadólares que se montan las federaciones mexicana y norteamericana para juntar a varios de sus representantes con el fin de jugar --es un decir, claro-- un torneíto en emparrillados de Estados Unidos y, de esta forma, exprimir hasta el último centavo a los migrantes ávidos de algún referente de su suave patria), he podido ratificar algo que ya me daba vueltas por la mente: que los uniformes de los equipos mexicas son horribles (en la mayoría de sus casos).
Es decir, los diseños que están sacando de un tiempo a la fecha los clubes nacionales podrían competir con muchas probabilidades de éxito en un torneo de fealdad para La Historia Universal de la Infamia. Y no es porque sean desastrosos per se. No. Sólo es que los nuevos diseños se han empeñado en echar a perder colores, líneas y tradiciones de los equipos.
Ahí está, por ejemplo, el jersey del Guadalajara: ahora dizque modernizado con rayas laterales que simulan algún tipo de prenda que usan los chicos del hare-krishna o de cualquier coyoacanense progress (saludos al PRD). También el del Santos Laguna, cuyas rayas horizontales en verde, que podrían pasar por el uniforme del Celtic, ahora se han metamoforseado en horizontales. Claro, el Atlante y su bella combinación azulgrana ahora más bien parece el cartel de una oficina turística del estado de Quintana Roo. Ah, y todo aderezado con la más amplia, burda y torpe inclusión de anuncios, propagandas y demás que se puedan imaginar en espacios reducidos.
En contraste, los cuadros gringos me parece que bien, es decir decentemente combinados los colores, poca publicidad en la ropa y buenas marcas (¿cómo puede compararse la chafa Atlética con la sobria Adidas?).
En fin.
Anotaciones mientras el reloj avanza sin compasión.
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