miércoles, septiembre 10, 2008

E. Charles White

Me da cierto prurito escuchar a los ayatolas de los medios de comunicación mexicanos elogiar hasta el hartazgo a la Selección Mexicana de Fútbol (hoy sí fue el representativo nacional y no el combinado mexico-brasilero-argentino porque, afortunadamente, no entraron ni Leandro, ni Vuoso ni Franco...). Dicen los referidos talibanes mediáticos que qué bien, que México va de tres tres y que ya casi estamos en Suráfrica disputando el mítico quinto partido.

Hombre, pues cómo no va a suceder esto si han jugado contra Honduras, Jamaica y Canadá, y además... ¡en México! No me jodan. Pena debería darnos haber superado a tan ínfimos rivales sólo por un gol (Honduras y Canadá). Ya quiero ver cuando tengan que dejar el colchoncito cálido del Azteca y de Tuxtla Gutiérrez (Paco debe haber estado a ras de campo siguiendo el adiós de Cuauhtémoc en el Víctor Manuel Reyna) para irse a batir a los campos del Cuarto Mundo de la Concacafka.

Por cierto, y hablando del Sr. Blanco, según hoy se despidió de la Selección. ¿Por qué? Digo, igual y aguanta otros dos años. Es más, si me apuran, hasta a Suráfrica llegaba, pero...

Por haber sido gallina me jode. Pero habrá que reconocerle que ha sido un jugador de esos que pocas veces surge en el país: listo para moverse en el campo, buen pasador y que no se amilanaba ante los demás. Quizás le faltó triunfar en Europa. Fue algo así como un Paul Gascoigne del subdesarrollo. Pero mil veces preferible a toda esa caterva de extranjeros inoperantes que vienen a desfalcar las arcas nacionales un torneo sí y el otro también.