jueves, noviembre 20, 2008

Ronnie Wood

KEITH RICHARDS ES EL LÍDER DE LOS STONES, afirma el guitarra de los Rolling Stones Ronnie Wood en un libro de memorias que aparecerá mañana en el Reino Unido.

Desde ahora ya deseo fervientemente encontrarlo para leerlo de un tirón.

Mientras tanto, notas periodísticas que calientan la mañana fría del 20 de noviembre de 2008...



Ron Wood: Las confesiones de un rolling stone

Tras más de treinta años con el grupo, Wood aún se siente el 'chico nuevo'

La Vanguardia


"He vivido la mayor parte de mi vida en una cárcel de oro", cuenta Ron Wood en 'Memorias de un rolling stone', libro que la editorial Global Rythm pone a la venta mañana viernes. El guitarrista explica en él cómo pasó de los ambientes obreros de Londres a amasar grandes fortunas, y describe sus excesos con las drogas, así como a las mujeres que ha amado y a los músicos y celebridades que ha conocido. El viejo eslogan de drogas, sexo y rock´n´roll define los tres ejes temáticos de la obra.

Wood nació en una vivienda de protección oficial en Yiewsley, cerca del aeropuerto de Heathrow. La vena musical le viene de su padre, habitual de una entrañable y mugrienta taberna donde "cantaba y aporreaba las teclas del piano, yo siempre sabía cuándo estaba tocando porque no paraba de desafinar". Era, en fin, "un lugar lleno de botellas y canciones, peleas, cerveza y rostros fabulosos, como salido de una novela de Dickens".

El lector seguirá su paso por sus primeras bandas (los Thunderbirds, que pasaron a llamarse Birds, el Jeff Beck Group, donde coincidió con Rod Stewart, los Small Faces, más tarde los Faces), en una época donde tocaban en los mismos clubs Eric Clapton, los Who o los Rolling Stones, que, como es sabido, iniciaron su andadura sin Wood, por lo que siempre se ha sentido "el chico nuevo" aunque lleve más de treinta años en sus filas.

Tras rememorar algunas giras con sus primeros grupos, recuerda que sus destrozos de mobiliario en hoteles "provocaron que los Faces fuéramos el primer grupo al que se le prohibió la entrada en la cadena Holiday Inn".

En esos años pre-Stones, en Londres compartió casa con Jimi Hendrix durante seis meses. "Una noche estábamos tumbados en la habitación llena de cojines que teníamos en la casa. Habíamos encendido velas e incienso y estábamos hablando de guitarras. Me mostró cómo podía tocar con ambas manos (...), y yo estaba allí mirándolo embobado. Aquello era algo de lo más alucinante, me tenía totalmente fascinado, pero lo que más me impactaba de él era la poca confianza que tenía en sí mismo. No podía dar crédito. Esa noche me confesó que odiaba su voz, que no se soportaba cantando y que le gustaría estar en el escenario simplemente tocando".

Wood tuvo contacto profesional con casi todos los grupos de la época gracias al estudio de grabación que montó en su casa. Cuando los Stones hicieron audiciones para reemplazar a Mick Taylor, a la final llegaron Jeff Beck, Eric Clapton y Wood. Clapton le dijo a Wood: "Yo soy mejor guitarrista que tú". Y Wood le respondió: "Sí, pero buscan a alguien que pueda convivir con ellos".

El autor no alberga ninguna duda sobre quién es el líder musical del grupo: Keith Richards. "Los Stones no se reducen sólo a Mick. El primer plano estelar que ocupa Mick es algo que le va muy bien, pero sin Keith no habría banda. En otros grupos, se sigue al batería. En los Stones, seguimos a Keith".

Ello no es óbice para que reconozca sus violentas peleas con Richards, quien le hirió con el vidrio de una botella en un hotel en los años ochenta, un ataque tras el cual "Keith sacó su navaja automática, con una enorme hoja jamaicana, la acercó a mi garganta y me advirtió: ´Voy a matarte´. Le lancé una mirada furibunda y le dije: ´Muy bien, pues adelante´. Se me quedó mirando un largo rato, sin dejar de presionar la hoja contra mi garganta, y por fin dijo: ´Te rajaría la puta garganta, pero tu novia nunca me perdonaría´".

En la grabación de un disco en París en 1985, Wood revela que la relación entre Jagger y Richards, "como cualquier matrimonio formado por personas de carácter muy fuerte, estaba atravesando la típica crisis", así que "los horarios se organizaron de forma que Mick y Keith no coincidieran en el estudio". Poco después, "Keith y Mick dejaron de hablarse", y él hizo de intermediario entre ellos. Hasta 1988 no se reunieron todos de nuevo tras dos años de no hacerlo.

Del generoso desfile de amantes de Wood, destacaremos -por lo curioso- a Margaret Trudeau, primera dama de Canadá, con quien tuvo una relación en 1977, mientras su esposo estaba muy ocupado dirigiendo aquel país: "Debería haber imaginado que era alguien muy importante, porque siempre tenía a guardaespaldas de la Real Policía Montada de Canadá siguiéndola a todas partes. Era una historia que no podía salir a la luz en aquel momento. Lo cierto es que hubo mucha química entre nosotros. Pasábamos la mayor parte del tiempo en la habitación de Keith. Ningún miembro de la banda me juzgó por lo que estaba haciendo".

De su etapa en Los Ángeles, brillan algunas anécdotas, por ejemplo, las de sus veladas con Cary Grant y Tony Curtis, quien le confesó su odio por Marilyn Monroe. Y, el día en que se decidió a visitar al más célebre de los hermanos Marx, "nos abrió Groucho en persona, me echó una mirada y dijo: ´Es el corte de pelo más estúpido que he visto en mi vida. ¿Eres hombre o gallina?´".

Otros personajes que aparecen en la obra son Bob Dylan, Mohamed Ali, Hillary Clinton, Madonna, Kate Moss, Johnny Depp, John McEnroe e incluso, en un breve cameo, el tenista español Rafa Nadal.



Los insólitos intercambios con los Beatles

Varios miembros de los Beatles aparecen en la obra. Resulta llamativa la descripción de un súbito intercambio de parejas que Wood realizó una noche con George Harrison, lo que le dio pie a un romance con Pattie, la novia del beatle, poco antes de que esta se fugara con Eric Clapton.

Y, en Nueva York, un día de 1977, según relata, "estando en mi habitación del hotel con Keith y Charlie, de pronto llamaron a la puerta. La abrí y allí estaba John Lennon con Yoko Ono, ambos totalmente de negro y llevando unas capas. John empezó a balbucear arrastrando las sílabas con su acento de Liverpool: ´Hola, John, soy Ron. Tú eres John, yo soy Ron, esta es Yoko. John, yo soy Ron, Ron, yo soy John, esta es Yoko, hola…´. Me quedé en la puerta intentando asimilar aquella extravagante presentación, y luego los dejé pasar. Yoko llevaba consigo su labor de punto, y cuando nos sentamos y ella se acomodó junto a nosotros, John se volvió hacia la mujer y le dijo: ´¡Tú a lo tuyo, coño!´. Así que Yoko se dirigió a una silla en un rincón y se puso a tejer. John se volvió hacia Keith, dio una palmada con actitud expectante y preguntó: ´¿Cuál es la droga del día?´. Así empezó el día".

Asimismo, Wood dice haberse divertido trabajando con los Monty Python en una parodia sobre los Beatles, en la que cantaban a coro: "All you need is cash".






Las orgías de los Rolling Stones, contadas por Ron Wood

El guitarrista de la banda publica unas memorias "sin pelos en la lengua".

El País


A sus 61 años, el guitarrista Ron Wood acarrea sobre sus espaldas varias décadas "empapadas en alcohol, animadas por orgías frenéticas en mansiones victorianas o joviales vandalismos en hoteles de lujo", que relata en sus Memorias de un Rolling Stone. El libro, que se publicará en España el próximo día 28, promete una descripción "sin pelos en la lengua" de sus experiencias musicales y personales, de su relación con otros artistas como el Jimi Hendrix, con quien compartió piso, o Elton John, un insoportable "narcisista". También de los romances que mantuvo con la ex mujer de George Harrison, Patti Boyd, antes de que ésta le dejara por Eric Clapton, o con la ex primera dama de Canadá Margaret Trudeau. Al final Ron Wood se casó con la dependienta de unos grandes almacenes, Jo, a quien acaba de abandonar después de 23 años de vida en común por una camarera rusa 40 años menor que él.

El guitarrista cuenta cómo su colega Keith Richards, a quien describe como "míster zar antidroga", llegó a amenazar con un arma de fuego a un Wood atiborrado de cocaína. Considera a Richards -"mi hermano musical, mi sparring, mi amigo"- la verdadera alma de los Rolling Stone, por encima de la megalomanía de Jagger: "Mick es fantástico para nosotros, pero sin Keith no habría banda", dice.