lunes, diciembre 22, 2008

Después del regreso

Pasar unos días en el pueblo puede ser una buena terapia para recuperar el pundonor y, al mismo tiempo, una reafirmación de que haber salido de ahí fue un decisión correcta.

En el pueblo me siento vivo, diferente, activo. Salgo y me encuentro a mucha gente. Digo, mucha gente comparada con lo que hay en la Ciudad de México. Camino por la calle y alguien me saluda. Entro al súpermercado y ahí veo a un ex compañero de clase. Estoy con alguien y una amiga me pregunta que dónde he estado todos estos años. Voy en el coche y ahí está mi primera novia cerca de su casa con su reluciente familia que sigue creciendo.

Sin embargo, por el otro lado, nada mejor que haber ingresado a la Universidad Nacional en 1993 y haber dejado las filas permanentes del municipio. Además de los viejos usos y costumbres que no cambian (ni lo harán, por lo visto) del chismorreo fácil y la envidia y todos esos sentimientos nefastos que se exacerban en un medio ambiente pequeño y provinciano, ahora tenemos un tráfico infernal por el Centro y una extendida sensación de inseguridad latente. Uno ya no sabe a quién mirar feo..., no vaya a ser del bando maloso.

Entre las preguntas que me hicieron estuvo la clásica de, ¿y dónde estás ahora? Cuando estuve a punto de responder que el Ministerio me di cuenta de que muchas cosas han cambiado en este 2008. Entonces, tuve que recapitular y decir que ahora laboro en la Autonomía. Ah, ¿de maestro? En efecto, pero también de funcionario. Creo que esto último no les ha quedado muy claro. La Autonomía sólo es sinónimo de ser profesor y ya.

Y, bueno, algo curioso ha sido comprobar que, cuando les he dicho que trabajo para la Universidad, la mayoría ha puesto cara de que eso me ha significado un bajón en mi trayectoria: algo así como que el Ministerio sonaba más importante que la Autonomía. ¿Qué tal? Interesante.

Ahora vendrá un viaje a la ciudad donde radica la familia de mi esposa y, después, un nuevo retorno al pueblo, con todo y celebración del reencuentro incluida.

Ya veremos qué sucede en los próximos días.