martes, junio 30, 2009

Atlético Celaya

A mí aún no me convencen del todo los argumentos de uno que otro demócrata del rumbo a favor del Sr. Zelaya, ex presidente de Honduras al que su parlamento y su ejército echó en días recientes, para que regrese al cargo público.

En primera instancia parecería que todos estamos de acuerdo en condenar golpes de Estado y tal. Pero cuando hasta los integrantes de tu propio partido político, como ha sucedido con el Sr. Zelaya, están en tu contra, algo raro debe estar sucediendo.

No sé los detalles, y francamente ni me interesan, pero creo que el Sr. Zelaya también quiso jugarle al vivo una vez ungido y seguir los pasos de sus hermanastros mayores, a saber los señores Chávez, Correa, Morales y Ortega, todos ellos finísimas personas de izquierdas, y así, bajo el argumento de que "el pueblo" lo decide, eternizarse en el poder e instalar el "socialismo del siglo XXI" en ese país del área de influencia (influenza) mexicana.

Digamos que antes de su subida al poder el Sr. Zelaya no había dicho ni pío de sus oscuros planes. Ya instaladísimo en el cargo se ha dicho, bueno, es momento de dejar que "el pueblo", "mi pueblo", hable. Y entonces los demás actores políticos de Honduras, por ejemplo, el parlamento, el ejército, la Corte, algunos medios y su propio partido político dicen momento, que no queremos ser como los suramericanos. Y así se montan un numerito truculento para echarlo fuera.

Bueno, aquí ya será como cada quien quiera verlo.

Yo digo que también hay que darle el beneficio de la duda a los que ya no quisieron que el Sr. Zelaya ensanche el área de poder de los caciques suramericanos socialistas del siglo XXI.