jueves, abril 22, 2004

Y los burocratas regresan de vacaciones

Tras su largo letargo, gracias al cual seguramente ya perdieron a todos sus escasos lectores, los burocratas del ritmo se desperezan y vuelven a las andadas, ya se compraron su torta en la vinata de la esquina y sus tacos de canasta, ya está calentando el sol y ahorar sí justo en el cenit se preparan para una larga jornada de seis horas interrumpidas sólo por una hora de comida, a ver si se hacen merecedores a un superbono como el de los compañeros del IEEM, pura envidia de la buena.

Ayer me decía un compañero que sentia una sensación extraña tras su regreso de alguna playa de nuestra hermosa república: "Regresé el lunes y hablé a mi trabajo para preguntar- solo por cortesia- si se ofrecia algo o nos veíamos mañana, pero resulta que si se ofrecio algo y me mandaron a una agencia del Ministerio Público porque había chocado una camioneta, ya era de noche y en la agencia del MP había cambio de turno (espero que todos sepan o supongan el significado de este término burocrático; nota del transcriptor), entonces me dijeron que debía esperar un ratito (tambien espero que todos sepan el significado de este término chilango; NT). Y en ese limbo de espacio tiempo no me quedó de otra que sentarme en una de las banquitas que hay en la sala de espera, entonces fue que me vino a la mente que hace menos de 12 horas me encontaba sentado, tranquilamente en una palapa, con una bebida en la mano y mirando el azul profundo del mar; y ahora me encontraba aquí sentado, tranquilamente en una banca del MP, con una bebida en la mano y mirando la acera gris y el suelo sucio de la oficina".

Así es la cruda realidad y aunque parezca anuncio a todos los compañeros les comunico mi agradable sorpresa por los servicios de la agencia de viajes de los burócratas el TURISSTE, contraté un paquete muy económico con todo incluído, me hospedé en un hotel Gran Turismo y no tuve ningún contratiempo con la línea aérea. Una buena noticia, ya mañana empezaremos a perder el bronceado y a recobrar nuestro afamado color verde burócrata y nos pondremos al tanto del negro panorama al que por lo menos olvidamos unos días.