martes, junio 08, 2004

Lo que viene a continuación ha sido tomado de uno de los cursos piloto de capacitación que la Secretaría de la Función Pública está dando al funcionariado federal, previo a la entrada en vigor al 100 por ciento de la Ley del Servicio Profesional de Carrera de la APF (lo decimos para evitar cualquier problema legal de Copyright y demás...).

¿Por qué la necesidad de un aparato profesional basado en el mérito?

Simplemente, porque eso es lo que, de acuerdo con Weber, distingue a un orden patrimonial de un orden racional-legal. Aquello a lo que se refiere Weber (1964: 337) como la variedad monocrática de burocracia, es un desarrollo que acompaña y subyace a todo orden capitalista y democrático. El desarrollo de la burocracia, en su mayor parte bajo auspicios capitalistas, ha creado la necesidad urgente de tener una Administración estable, estricta y calculable. Es esta necesidad la que da a la burocracia un papel crucial en nuestra sociedad como elemento central en todo tipo de Administración a gran escala. Pero sobre todo como un elemento que fortalece y consolida la democracia de un país.

Weber (1962: 215 -216) contrario a las teorías modernas anti-estatistas, sostenía que ninguna democracia podía anclarse o consolidarse verdaderamente, salvo que un Estado tuviera a su disposición una organización burocrática competente en la que pudiera confiar. Aseguraba que las burocracias eran instrumentos inevitables en sociedades modernas y que ningún Estado puede funcionar sin un eficiente instrumento burocrático. Shumpeter (1949: 216) fue incluso más allá, e identificó a la burocracia como un elemento indispensable para la democracia. Enumera la existencia de una burocracia profesional como una de las cinco condiciones necesarias para que exista un orden democrático. La burocracia, escribió:

"No constituye un obstáculo a la democracia sino un complemento inevitable de ésta. De forma similar es un complemento inevitable al desarrollo de la economía moderna".