lunes, julio 26, 2004

Y  cuando amanecio Cuauhtémoc ya no estaba ahí...

La vida burocrática está acompañada de momentos cotidianos. Normalmente para ir a mi buró u oficina me topaba en el camino al monumento al emperador mexica, pero este lunes ya no estaba la estatua del guerrero, en su lugar había unos albañiles limpiando el templete.

Estos cambios que nos provocan las decisiones urbanisticas de la burocracia a veces nos parecen y a veces no, pero alguien debe tomar una decisión, es decir, aunque presumamos de ser una democracia no podemos preguntarle en todo y para todo al pueblo, es necesario tomar algunas decisiones, claro siempre en el marco legal y rindiendo cuentas del uso de los recursos aplicados para el beneficio de la colectividad.

Esto viene a  cuento porque me ha tocado ver desde que iniciaron el proyecto rodeando al monumento ubicado en el cruce de Reforma e Insurgentes, las dos más importantes avenidas de la ciudad de México, ví a los manifestantes que se oponían a desplazar unos metros el mencionado menumento y ahora veo que sí se va a mover, yo creo que está bién eliminar esta glorieta que sólo afectaba el tráfico y que probablemente sufría tremendo daño por el baño cotidiano de los escapes de los automotores que lo rodeaban, espero que le den una restaurada y que este tipo de decisiones se sigan tomando cuando, como resulta lógico, el desplazamiento redundará en beneficio de la ciudadanía disminuyendo el tráfico que se genera en ese paso.