viernes, agosto 20, 2004

I.

¿Quieren saber cuáles son las canciones pop de moda? Ok. Primero, una que repite ad infinitum la profunda línea pau, pau, pau, pau, pau, pau, pau, pau, pau, pau... Algo así como el za za za za zá, pero versión fashion. Luego, la insufrible del coro repetido hasta el hartazgo "she said goodbye, too many times before...". Después, "seeeeeé delicado y esperaaaaaá, dame tiempo para darteeeeeeeeee, todo lo que tengooooooo..." de la ex-darketa y ex-skatera Julieta Venegas, ahora convertida en ícono Pepsi y cantautora con intenciones de quitarle el trabajo al Mocedades más antiguo. También podemos encontrar a un tipo que apenas puede hablar español y que tiene una canción rarísima porque hace una pausa inusual en su corillo: "de tardes---------------------------------------------------------------------------¡¡¡NEGRAAAASSSS!!!". Siguiendo con la tónica de la balada romántica, el infumable Alex Sintek con la ex Mecano Ana Torroja cantan algo así como "duele el amor, duele, duele el amor, duele, duele el amor, duele, duele el amor...", también muy apreciada por los programadores radiofónicos y por la chaviza que se toma la molestia de marcar para preguntar sistemáticamente "¿me puede dedicar una canción?".

En general, ésas serían las rolas in, chic y súper cool de hoy día. ¿Que cómo lo sé? Bueno, porque a varios metros de mi lugar de trabajo hay una tipa que pone su radio en Digital 99.3, ¡sólo éxitos!, con el volumen suficiente para que todos estemos al tanto de lo que sucede en la industria del entretenimiento. Lo anterior, a pesar de las recomendaciones que nos dieron los de Recursos Materiales de que no pongamos nuestros ruidos muy altos ("demostremos que llevamos la música por dentro") con el fin de no molestar a los demás.

En la citada estación dan todas esas joyitas puntualmente todas las mañanas. Juro que siempre ponen las mismas pinches canciones.


II.

Llevamos una semana de competiciones olímpicas y la mexicaniza se está rasgando las vestiduras bien cañón (sobre todo los ayatolas de los medios de comunicación): que si somos un pueblo marcado por la desgracia y el fracaso, que si no sabemos ganar por el síndrome de haber sido un pueblo conquistado, que si somos hijos de una violación colectiva que proviene de la época Colonial, que si somos una mala raza, entre otros finos y variopintos argumentos.

Es cierto, a una semana de haber inaugurado la XXV edición de los Juegos Olímpicos no llevamos ni una medalla. Es cierto, nuestras estrellitas marineras se derrumban cual torres gemelas unas tras otras. Es cierto, seguimos jugando --en este caso, compitiendo-- como nunca y perdiendo como siempre. También es verdad que países (?) como Colombia, Mongolia y Trinidad y Tobago ya se apuntaron algo en el cuadro de honor, y nosotros, La Novena Economía del Mundo, El Quinto Lugar de la FIFA, El Gigante de la Concacaf, El País que Siempre Gana en los Chistes, pues, aún no hemos cosechado nada.

Al respecto, esta madrugada ví cómo el perredista Bernardo Segura abandonaba la caminata por ahí del kilómetro 15, según, por una lesión. Este hecho me hizo recordar al Beckham del partido contra Portugal de la pasada Eurocopa, quien le echó la culpa al césped por haber fallado el primer penal de la ronda decisiva. En esta ocasión, el ex director del Deporte de la Ciudad de México hacía señas hacia su pierna frente a las cámaras de televisión como diciendo no manches, si no fuera por esto ya estaría ahorita colgándome la medalla que me robaron hace cuatro años. Una versión revisitada de aquel monólogo del Gral. Anaya que decía "si tuviera parque, ya hubiera puesto unos columpios...".

También pude observar cómo el buen Noé Hernández volvía a llorar después de la prueba, sólo que a diferencia de lo que sucedió en Sydney 2000, no lo hizo por teléfono con su madre mientras lo felicitaba por haber obtenido el segundo lugar y le recordaba cómo le daba tres pesitos para que tomara su micro allá por Chimalhuacán. No. Ahora lo hacía por haber sido descalificado. En general, otros más que muerden el polvo.

Sin embargo, tranqui mexicas, tranqui. Vienen "las fuerzas de élite" del deporte nacional (como he visto que los nombra hoy el diario El Financiero). Pronto entrarán en acción Ana Gabriela Guevara, Belém Guerrero, Rommel Pacheco, Iridia Salazar y Víctor Estrada. Por ahí puede caer algo. Y si no es así, pues ya de plano hay que buscar la candidatura de la ciudad para organizar los juegos del 2016, a ver si ya cobijados por los paisanos nuestros atletas logran ganar el oro (o la plata, como sucedió con el gran Sargento Pimienta-Pedraza en el Estadio Olímpico Universitario).

Por cierto, ¿qué me dicen de la antes poderosa y orgullosa Rusia? Ni siquiera figura entre los cinco primeros lugares del medallero. De hecho, hoy, agosto 20, está en el noveno. Ese lugar que por historia le corresponde ahora es profanado por chinos, australianos y ucranianos. No somos la única raza que ha caído en desgracia. ¿Dónde quedaron esos gloriosos tiempos de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas? ¿Dónde aquellos imponentes uniformes rojos con la leyenda CCCP en el pecho trepándose siempre al podio más alto? Por lo que veo, de ese pasado fuerte y glorioso, del hombre nuevo de la revolución, sólo nos acordamos por la publicidad de un vodka chafa que se llama Karat, el cual se anuncia con publicidad fusilada de la propaganda del realismo socialista, coronada con el original eslógan de "Baras Chidov".

Tómalo en cuenta.


III.

Como diría un colega funcionario público, somos parte del movimiento de los que nunca ganan nada en las Olimpiadas.