lunes, enero 03, 2005

Dos mil cinco. Versión uno punto cero.

Si de algo estaba agradecido hace unos días era de no pertenecer al Ministerio de Exteriores. De lo contrario, y dada la contingencia ocurrida en Asia el 26 de diciembre pasado, hubiésemos sido llamados de emergencia para dejar de inmediato nuestros aposentos de vacaciones y presentarnos en nuestras áreas burocráticas con el fin de hacer algo (aunque no supiéramos exactamente qué) respecto de la situación. La idea hubiera sido no dejar solo en su empeño al ahora famoso Director de Asia y el Pacífico de Exteriores, un tal Lic. Ventura, que, como pudo observarse, se aventó solito la bronca de dar la cara por el Gobierno Mexicano frente a la tragedia del tsunami.

Afortunadamente no fue el caso. Digo afortunadamente para nosotros porque para el resto de la población resultó lo opuesto. En diversos diarios mexicanos se ha cuestionado acremente el papel que la actual burocracia tiene durante sus recesos. En esta ocasión se ha tratado de Exteriores, pero recordemos que hace poco fue el Ministerio de Comunicaciones el que se vio rebasado por lo inesperado durante la toma de las instalaciones del Canal 40, o bien, el Ministerio de Seguridad con el nuevo asesinato ocurrido dentro de los penales que se autodenominan como "de alta seguridad". Todos estos casos comparten el mal tino de haber ocurrido justo cuando nosotros, los burócratas, estamos de vacaciones. Por lo tanto, la reacción es un poco más lenta que de costumbre. Ergo, estamos más expuestos a recibir ataques mediáticos por tales hechos.

Como se recordará, en un post anterior aclaramos que no se iban a realizar guardias para estas vacaciones. El DG había detectado a varios mañosillos que querían venir a hacer nada y después irse de vacaciones en enero, cuando todo es más barato y no hay tantas aglomeraciones en carreteras, aeropuertos y playas. Sin embargo, viendo lo ocurrido queda la conclusión de que al menos dos o tres funcionarios deban estar siempre al pendiente de lo que ocurra en el país. De esta forma, al menos no se dará oportunidad a los ayatolas de los medios de comunicación de iniciar su cacería sangrienta de la burocracia, aunque no se sepa exactamente qué hacer o qué no hacer durante tales estancias extemporáneas.

La moraleja general es que lo mejor es laborar en ministerios que ni fu ni fa, por ejemplo, Agricultura, Turismo, Reforma Agraria, Marina, entre otros. De hecho, tener cierta presencia o protagonismo es malo, tal y como se ha demostrado a últimas fechas. Las instituciones que aparecen en los medios no lo hacen por su buen desempeño o por su carácter de liderazgo, sino porque han dado la nota por contingencias mal atendidas o por la variopinta cantidad de escándalos en los que se ven envueltos sus titulares.

Triste papel de la Administración Pública Federal de la actualidad.


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Por otra parte, el día de hoy ha marcado un nuevo inicio en el ciclo de la rutina funcionarial. Aquí estamos de nuevo frente a escritorios, ordenadores y bajo la tenue luz de los edificios grises.

Cuando uno vuelve después de ausentarse por largo tiempo (entendido como diez días hábiles), lo menos que uno espera es encontrar ánimos renovados, proyectos sobre el escritorio, ganas de comerse el mundo y salir a demostrar que en dos años aún puede hacerse algo de lo que se echó por la borda en los cuatro anteriores. Quizás es lo que cualquiera piensa en la ducha de esos lunes aciagos. Sin embargo, ya cuando se acerca cada quien a su destino a través del subterráneo, el auto o el transporte público terrestre, todo va volviendo a ocupar su coagulado lugar: llegas, te apoltronas, miras a tu alrededor y ves a la gente llegar o irse con los mismos rostros (o peores) que cuando abandonaste provisionalmente tu trinchera.

La esperanza de que todo fuera un poco diferente al pasado inmediato se desvanece conforme van arribando tus demás colegas. Hay abrazos, hay buenas palabras, hay felicitaciones, sí. Pero todo es una copia mala de lo que sucedió dos semanas atrás.

Mala manera de comenzar el 2005.


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Sobre el tema de los retiros voluntarios anunciados para este año todo está aún en ascuas. Por lo menos para nosotros. Imaginamos que los que laboran en áreas de Recursos Humanos o Personal tendrán alguna idea más concreta del hecho. Prometemos que en cuanto tengamos información la haremos saber a los lectores.

De hecho, hasta hoy, enero 3, 2005, lo único que sabemos es que viene una nueva oleada de retiros y que el objetivo es hacer otra limpia racial en los ministerios. La guía conceptual viene del ya tan sonado "adelgazamiento" de la burocracia, pero ahora se agrega también el hecho del tan mentado Presupuesto recortado por los diputados (y que tanto escozor ha causado entre los poderes Ejecutivo y Legislativo), por el cual deberá hacerse frente a los disminuidos recursos mediante el despido de personal.

El asunto interesante será saber si tales "retiros" implicarán el cumplir con ciertas cuotas, es decir que no se vayan sólo los que quieran, sino los que ya hayan sido pre-escogidos por los superiores jerárquicos, así como tener la certeza de que tal retiro no implicará no poder trabajar en el sector público federal pasados algunos años (la lógica del retiro voluntario implica que ese funcionario se retira para siempre, es decir que ya no podrá volver a ocupar su antiguo lugar).

De cualquier forma, la recomendación es: no despilfarres demasiado, ahorra un tiempo.


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Muchos temas hay por comentar del 2004 que nos ha dejado. Ya todos ustedes deben estar hasta la coronilla de tantos recuentos light o hardcore que han visto y leído en los medios. Así que, bajo esta idea, no haremos algo que ya otros han hecho por nosotros (evitar la duplicación de funciones es un principio general de la administración pública). Sin embargo, sí estaremos atentos en lo que a los temas por venir se refiere.

Entre ellos podemos destacar la aplicación práctica de la Ley del Servicio Profesional de Carrera en el funcionariado público nacional. Esto implicará que nosotros seamos puestos primero en capacitación y después en evaluación para conocer quién sí merece estar en sus puestos. Si tal legalidad se aplica hasta sus últimas consecuencias será totalmente provechoso para el país. Se irán los improvisados y los neófitos, y se quedarán los servidores públicos más capacitados. Los espacios disponibles serán ofertados mediante concurso y los estudiantes universitarios podrán competir por ellos ferozmente.

Espero ansioso ver eso a la brevedad.


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