lunes, enero 17, 2005

No pasa nada (II)

A propósito del nombramiento de "ese peleador callejero de corte represivo" en la subsecretaría de Seguridad Pública, como nombra hoy José Antonio Crespo a Miguel Ángel Yunes en El Universal, es útil detenerse a pensar en esa frasesita tan socorrida por los promocionales de Presidencia que afirman, gustosos y con la mano en la cintura, de que en este país, en efecto, no pasa nada.

Los argumentos para justificar dicho nombramiento, que no hace más que poner un clavo más en el ataúd de aquella máxima de que Fox iba a sacar "al PRI de Los Pinos" (pero no del poder real) son, por decir lo menos, ridículos.

El dirigente del PAN, Luis Felipe Bravo, dice que esto se puede explicar porque el ex priísta sí tiene experiencia para llevar estos asuntos tan delicados. La senadora María Luisa Calderón también contribuye al señalar que los panistas son "muy nobles" y, por ello, se concluye de que no tienen los arrestos suficientes para entrar en esos temas tan sucios como la seguridad pública mexicana. En suma, lo anterior nos conduce a afirmar que los hombrecitos del PAN (en el supuesto de que los haya) no dan el ancho para ensuciarse un poquito las manos y despeinarse frente a los rudos malosos que andan sembrando el pánico en el país. A los actuales funcionarios y cuadros del partido conservador pónganlos a cortar listones o a salir en las conferencias de prensa con sus impecables trajes y corbatas azules, quizás a producir ganancias en las empresas o a crear fundaciones filantrópicas de dudosa procedencia, pero no a gobernar, ya que eso es muy feo y no venía incluido en los cursos exprés que tomaron sobre management.

Parte del texto publicado hoy en El Universal por Crespo, titulado "Ineptitud admitida", ilustra lo anterior:


Pero si la ética no cuenta, y considerando que la experiencia está en el PRI, ¿para qué quería el PAN llegar al poder? ¿Tan fácilmente cede sus principios y doctrina frente a quienes tienen conocimientos, independientemente de si tienen principios o un mínimo sentido ético? Las palabras de Bravo ("cuando se hace valorando las capacidades de las personas y no otro tipo de consideraciones políticas") son una invitación involuntaria, pero inequívoca, a prescindir del PAN como gobierno y voltear la mirada a otros partidos que sí sepan de política, aunque no practiquen la ética.

De alguna forma le dan la razón a lo dicho por la senadora priísta Dulce María Sauri: "El PAN nunca aprendió a ser partido en el gobierno. Creo que su lugar natural, donde están cómodos, es la oposición. Ojalá que el pueblo de México los coloque ahí en 2006".


Es verdaderamente inagotable la capacidad de la actual administración foxista de sorprendernos... negativamente.