martes, octubre 25, 2005

N. Orleans- Cancun

O porqué no voy a ayudar
En septiembre fuí a ver una película infame, el único propósito era divertirme en compañía de mi esposa, escogimos una comedia gringa ligera, sin ningún sentido ni ánimo de encontrárselo, sólo para disciparnos.
La función estaba marcada a las 8 p.m., eran las 8:30 y no podía empezar la función, nos tuvimos que recetar media hora de comerciales de la tele, de porque hay que tomar coca cola light, ir al autódromo o contratar prodigy. No conformes con esto, se incluyó un cortometraje patrocinado por IMCINE y distribuído por la operadora de teatros sobre el sismo del 85( fué terrible), pero yo no fuí al cine para que me contaran lo que viví hace 25 años y nadie en la sala estaba de humor para ponerle atención.
Este largo preámbulo viene a cuento, ya que -otra vez- somos bombardeados por información sobre desastres naturales en medio mundo (desde Afganistán hasta Cancún, pasando por el Golfo).
Antes las desgracias llegaban a cuentagotas, la información tardaba en llegar y te enterabas de lo inmediato, de ahí que la desgracia se localizaba o regionalizaba. Ahora tenemos a la puerta - o ventana- de nuestra casa las desgracias acumuladas. Y por si esto no fuera poco, tenemos que sucumbir a los sermones de los medios que cási nos compulsan a enviar nuestra ayuda a los damnificados, porque es nuestra obligación, cási como lo es el comprar los productos que anuncian.
En el caso de New Orleans, lo consideré; en las inundaciones de Chiapas, madé mis botellitas de agua sin mucha esperanza de que llegaran a su destino ni de que saciaran la sed de nadie.
Pero en el caso de Cancún no voy a ni siquiera a pensar mandar un arroz, que en el mejor de los casos quedaría en la panza de algún saqueador.
La naturaleza humana es cruel, cuando hay un desastre (contrario a lo que se piensa) hemos visto, lo que aflora no es la solidaridad, ni la compasión, ni los buenos deseos. Lo que surge es la compulsión por aprovecharse, por sacar ventaja, por pillar.
Las costas del caribe no han cambiado mucho desde los bucaneros, por eso el delito de pillaje es tan antiguo. No es nada nuevo, es, como afirma Hobbes, el estado de la naturaleza humana que una y otra vez se manifiesta ante la ausencia de una autoridad, citamos de forma ilustrativa un párrafo perfectamente aplicable de su multicitada obra el Leviatán (seguimos siendo más afines a su pensamiento que al de algunos enciclopedistas que confiaban en el hombre bueno):
A partir de su examen de las causas de contienda entre la gente en la ausencia de organización política, Hobbes descubre tres fuentes de controversia en la naturaleza humana. La condición natural de los seres humanos, dice Hobbes, es la guerra de todos contra todos. Él no sostiene que “el estado de naturaleza” de hecho existiera alguna vez; más bien, existe en cualquier tiempo o lugar donde no funciona la sociedad civil.
"Además, los hombres no experimentan placer ninguno (sino, por el contrario, un gran desagrado) reuniéndose, cuando no existe un poder capaz de imponerse a todos ellos. En efecto, cada hombre considera que su compañero debe valorarlo del mismo modo que él se valora a sí mismo. Y en presencia de todos los signos de desprecio o subestimación, procura naturalmente, en la medida en que puede atreverse a ello (lo que entre quienes no reconocen ningún poder común que los sujete, es suficiente para hacer que se destruyan uno a otro), arrancar una mayor estimación de sus contendientes, infligiéndoles algún daño, y de los demás por el ejemplo." (Fragmento 4: Leviatán, Cap. XIII )
En conclusión, que se vea la fuerza del Estado, para inhibir la naturaleza maya, que no es diferente del resto de la humanidad:
  1. Que actúe con su fuerza (no sólo protegiendo la zona hotelera diamante) sino a toda la población.
  2. Que aplique el plan DNIII
  3. Que ministre alimentos e insumos a los desgraciados (caídos en desgracia, aclaro) y no mendigando la ayuda.
  4. Aplicando un programa de evacuación general.
  5. Que meta en control a los medios de comunicación, si hasta la democracia ejemplar aplica medios de censura. (por ejemplo que prohiba las cuentas en hache ese be ce o caulquier otro banco, de fundaciones espurias)

P.D.

Y pensar que hace dos años estuve a punto de irme a vivir a Cancún, afortunadamente llegamos a conocer la población de Benito Juárez a tiempo, con todas sus carencias y pobreza.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

NO SABES LO QUE DICES DE CANCUN

INFORMATE

PINCHE CHILANGO INCULTO

julio 25, 2006 8:29 p.m.  

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1 comentarios

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