viernes, febrero 03, 2006

Faltan 23 días

Estamos en posición de decir una gran verdad: los legisladores federales han realizado un buen trabajo.

No, no es que nos hayan contratado como sus asesores. Tampoco nos han dado un lugar en la lista definitiva de algún partido político para ser diputado federal o senador plurinominal. Mucho menos hemos mudado nuestro lugar de residencia hasta San Lázaro, Xicoténcatl o la Torre Caballito. Nada de eso, colegas. La razón es simple y llanamente una: el decreto que apareció publicado en el Diario Oficial de la Federación el martes 17 de enero de 2006, el mismo día de mi aniversario XXX.

¿De qué va este artilugio jurídico? Bueno, pues nada más y nada menos que del Decreto por el que se reforma el artículo 74 de la Ley Federal del Trabajo. ¿Y qué coños dice el mentado artículo? Básicamente, una cosa fundamental para el funcionariado público federal: los días de descanso obligatorio.

En efecto, a partir de esta reforma se han instituido los fines de semana "largos". Es decir, si antes un día de descanso caía en sábado o en domingo, pues todos nos habíamos jodido indefectiblemente. Ahora ya no. Aunque pase tal desgracia estaremos en condiciones de hacer el famoso puente, casi casi tan largo como el Golden Gate o ya de perdida como el Coatzacoalcos II. El punto --dicen los que saben de esto-- es fomentar el turismo nacional. Imagino que también tiene que ver con evitar la construcción de esta clase de infraestructura por las vías no institucionales, es decir ya no fomentar que los burócratas nos tomemos días de descanso por nuestros cojones y dejar acéfalas las dependencias de la administración pública. La lógica aquí parece ser: pues si de todas maneras lo van a hacer, pues que lo hagan regulado, ¿no?

De acuerdo a dicha modificación a la Ley del Trabajo, los días de descanso obligatorio para este y los demás años serán:

a) El primero de enero
b) El primer lunes de febrero en conmemoración del 5 de febrero
c) El tercer lunes de marzo en conmemoración del 21 de marzo
d) El primero de mayo
e) El 16 de septiembre
f) El tercer lunes de noviembre en conmemoración del 20 de noviembre
g) El primero de diciembre de cada seis años, cuando corresponda a la transmisión del Poder Ejecutivo (este año, por ejemplo)
h) El 25 de diciembre, y
i) El que determine las leyes federales y locales electorales, en el caso de elecciones ordinarias, para efectuar la jornada electoral

Vaya, vaya.

Menciono esto porque, precisamente el próximo lunes, tendrá lugar la primera experiencia religiosa de este hecho. Así es. Como habrán visto en el calendario, el 5 de febrero cayó en domingo. Pésima suerte. Pero con la valiente y honrosa actuación de nuestros representantes populares en el Parlamento, los demás mortales no nos quedaremos con las ganas de aumentar 24 horas a nuestro descanso dominical. En suma, el próximo lunes no se trabaja y todos contentos.

Pero no debemos dejar que la abulia carcoma nuestra inventiva ante el éxito cosechado.

El próximo objetivo debe ser ampliar la lista de conmemoraciones cívicas en el país. En efecto, debemos fomentar que --al menos-- todos y cada uno de los meses que integran nuestro año solar tengan un día de descanso obligatorio. Temas no nos faltan a los mexicas. Si se revisa el Calendario Cívico que edita el Ministerio del Interior, nos daremos cuenta de que de enero a diciembre siempre, siempre hay algún pretexto para hacer el parón de labores. El punto nada más será hacerlo oficial. Tarea en la que necesitamos una pequeña ayuda de nuestros amigos los diputados federales y los senadores. Confiamos en ellos.

Así sea.



PS. Por cierto, este es el post 601 del Sex D'Bur (R).