martes, febrero 28, 2006

I can get Satisfaction (II)

Por cierto, sobre el tema del grupo telonero, bueno, sólo debe decirse que Fobia fue intrascendente. Es decir, uno esperaba que llegaran tumbando caña con lo mejor que tienen en su repertorio. Abrir con Más caliente que el sol, seguir con El diablo y luego una cascada de semi-éxitos como Revolución sin manos, El microbito, Camila, Dios bendiga a los gusanos y otras por el estilo. Algo energético. Pero no. El asunto es que se pararon sobre el escenario como creyendo que era el mejor lugar para promocionar su último (y espero que sea literalmente) disco. Muchas rolas del nuevo, las cuales, obvio, nadie conocía y se convirtieron en el ruido de fondo de un domingo por la tarde.

Cuando decidieron tocar una "romántica" el respetable les perdió un pelín el respeto y les abucheó. Creo que ése fue el momento de mayor interacción entre las dos partes. El instante en que hubo algún tipo de contacto entre artista y público, a pesar de tener un sentido negativo. Luego, cuando volvieron a la ruta del "rock" (claro, en su muy particular visión) todo fue abulia y aburrimiento. Casi al final de su intervención de aproximadamente 45 minutos optaron por bajarse de la nube y saberse terrenales. Por fin, Revolución sin manos hizo que algunos se movieran de un lado a otro de su asiento o que reprodujeran una versión muy light del headbanging. Eso fue todo. Muchos aprovechamos su efímero y totalmente olvidable paso para hacer cosas más productivas: buscar los sanitarios e ir a por las cervezas. Sin embargo, la mayoría concentraba sus esfuerzos en buscar a sus amigos y familiares entre la multitud a través del móvil, o bien, a mirar con desgano el cielo nublado o a escudriñar las innovaciones tecnológicas incluidas en la escenografía.

Javier nosequé, también conocido como "Cha", bajista de la agrupación, soltó algunas frases que intentaron ser cotorronas, por ejemplo, "aquí atrás están los Rolling Stones, por si quieren pedirles alguna rola". La reacción: una mueca de la audiencia. Leonardo di Fobia, con la barba crecida y saco rojo, moviéndose ligeramente por la plataforma sintiéndose algo que, definitivamente, no es: un dios menor regional (o que al menos no podía ser cuando a unos metros está uno de los mejores frontman que ha conocido la historia del rock). El tal Huidobro, guitarra principal, creyéndose al máximo eso de que es "el genio" del grupo. Sin duda, hubiese prendido más si a la mitad de Fobia la hubiesen disfrazado de Moderatto en el momento.

Y, bueno, oh moraleja final: es casi un hecho que a la Guzmán le irá mejor en lo que a la apertura del concierto se refiere. ¿Qué tal? Pues sí, parece que existe el consenso de que, al menos por su actitud más desmadrosa, este híbrido surgido de la combinación rockero-actriz tendrá mejor acogida que los chavales Rosa Venus.

A mí me gusta la música de Fobia, digo, no tanto, pero si lo tengo en el iPod (cosa que jamás pasará con algún disco de la AG). Pero, por Dios, ¡que no se puede salir con esa actitud cuando eres el telonero de los Stones!

Hasta Johnny Laboriel pone más ambiente.