lunes, mayo 01, 2006

La democracia latinoamericana

La semana pasada fui a un curso en el IFE, el XII Interamericano de Elecciones y Democracia, con el pretencioso subtítulo de "La nueva generación de desafíos para la democracia".

Aquí algunas notas tomadas entre conferencia y conferencia.

a) Este tipo de actos siempre nos da buenas dosis de latinoamericanos caza-becas, caza-congresos y caza-viáticos.

b) Entre ridículos y graciosos los sudamericanos que quieren hablar como españoles por el simple hecho de haber estudiado algo allá. Claro, a mitad de su discurso se les olvida cecear y hablan normal, es decir como sudacas.

c) Un ecuatoriano empeñado en demostrar que es andino, ataviado con ponchos de alpahaca (a pesar de los 30 grados del auditorio del IFE), sombreritos tipo lamento boliviano o de los Llairas y mega-trensa en el cabello. ¿Qué afán de demostrar que es un auténtico hijo del Pachacama cuando nada más de verlo se puede deducir fácilmente?

d) "Demócratas" más cercanos a latin-lovers, remedos de sus contrapartes norteamericana y europea. Sin duda, la democracia en Latinoamérica es cosa tropical y guapachosa.

e) Argentinos engreídos por su condición de güeritos y altos entre tanto morenazo y bajito de la concurrencia.

f) Hasta en las democracias hay clases sociales: por acá los sudamericanos con estudios en Europa medio occidentalizados, por allá los centroamericanos de bigotito, trajecito luidito y sin corbata.

g) ¿Y los mexicanos? Minoritarios, pero con mejores participaciones en los páneles, al menos los de Enrique Krauze y Alejandro Poiré.

h) Patrocinando: la Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo y el Ministerio Noruego de Asuntos Exteriores (claro, también el IFE y el TRIFE). Algo así como, bueno, démosle a las antiguas colonias unos cuantos euros para que hagan como que discuten esa cosa exótica llamada "democracia".

i) Olvidaba a los personajes multimencionados en casi todo tipo de conferencias y grupos de trabajo: los clásicos, siempre presentes "mujeres, niños, ancianos, indígenas y discapacitados". Las típicas palabritas que no deben faltar para aderezar los discursos de cualquier conferenciante (y más si se trata de latinoamericanos).