miércoles, abril 26, 2006

Sexacional del Alarma

Se tragó un bisturí para evitar ser juzgado por un crimen, pero falló

Pablo Díaz Juárez se tragó siete centímetros del filoso instrumento quirúrgico y cuando sintió los estragos de la muerte pidió ayuda


Alfonso Ponce de León Salgado / Foto Esther Chelius

Pablo Díaz Juárez, el principal sospechoso de la muerte de una joven profesionista ocurrida el sábado 8 de abril en una de las habitaciones del motel Navarro’s, intentó quitarse la vida al tragarse un pedazo de bisturí de siete centímetros de largo, antes de que fuera detenido por elementos de la Décima Comandancia de la Policía Judicial del Estado (pje).

Para que le pudieran extraer el filoso metal fue necesario que el presunto homicida fuera llevado por un convoy de agentes de la pje y del Ministerio Público, primero al hospital de la Cruz Roja, luego al General y finalmente al Universitario, donde, de acuerdo a reportes del doctor Cecilio Palacios Flores, director del nosocomio, durante las primeras horas del domingo le practicaron una laparotomía exploradora, encontrando el bisturí en el intestino delgado, con riesgo de que hubiera muerto antes de ser juzgado por un crimen que él mismo confiesa que cometió.

Ayer mismo, el director de la Policía Judicial del Estado, Hugo Isaac Arzola Muñoz, en entrevista con Intolerancia Diario, informó que en los momentos en que Pablo Díaz rendía declaración ante el agente del Ministerio Público a cargo de la mesa de Tramite de Homicidios del turno matutino, dijo que se sentía mal y confesó que se había tragado un pedazo de bisturí.


El jefe de los judiciales dijo también que al momento de que agentes de la Décima Comandancia detuvieron a Pablo Díaz Juárez, éste fue registrado como medida de seguridad y le encontraron en la bolsa de su pantalón un mango de bisturí, le preguntaron para que lo llevaba y les dijo que sólo era un pedazo de metal y que no tenía la menor importancia.

La tarde del viernes 21 de abril, en una rueda de prensa donde estuvo presente la procuradora General de Justicia, Blanca Laura Villeda Martínez, así como el director de la Policía Judicial del Estado, Hugo Isaac Arzola Muñoz, fue presentado ante reporteros de la fuente de policía el principal sospechoso del asesinato de quien en vida se llamó Teresa Ávila Cruz, quien contaba con 20 años de edad.

De acuerdo a la declaración de Arzola Muñoz, ya para ese momento Pablo Díaz Juárez se había tragado el pedazo de bisturí y fue más tarde, cuando rendía declaración ante el agente del Ministerio Público, cuando confesó que el metal estaba cortando parte de su esófago.

Al llegar al área de urgencias del hospital de la Cruz Roja, le sacaron al detenido una radiografía que confirmó la existencia del pedazo del filoso metal, de siete centímetros de largo, mismo que no pudieron extraerle por carecer de los implementos necesarios, por lo que después fue trasladado al hospital General, donde les dijeron que el bisturí había bajado más y que era necesaria una laparotomía exploradora, pero ellos tampoco tenían el equipo necesario para hacerlo, por lo que como última medida lo llevaron al Hospital Universitario donde lograron salvarle la vida.

Hugo Isaac Arzola informó que por el momento la Procuraduría General de Justicia se iba a hacer cargo del pago de los gastos médicos del fallido suicida, además dijo que el caso del homicidio por el que fue detenido ya se encuentra a disposición de un juez de lo Penal, informándole que el presunto responsable está internado en el hospital Universitario, a fin de que sea el Poder Judicial el que se encargue de las investigaciones correspondientes y quien solicite se proporcione custodia al detenido.