lunes, abril 23, 2007

Los triglicéridos, el colesterol, el ácido úrico y yo

Pues sí. Una vez más mis amigos han arribado. Ahora un pelín más agresivos que en otras ocasiones, pero ya están aquí. De hecho, dudo que se hayan ido. Más bien sólo tomaron un descanso para coger más fuerzas en su nueva entrada triunfal.

En efecto. Después de unos malestares físicos que he padecido desde principios de mes decidí ir al médico. Éste, una vez que me vio y me medio auscultó, decidió mandarme a hacer unos análisis de laboratorio (química sanguínea y tal). Estoy hablando del ISSSTE, quiero aclarar. Entonces, mi cita me la dieron para el próximo 21 de mayo (los que leen este buroblog y tienen buena memoria recordarán que aún estoy esperando la que me programaron para el oftalmólgo y que solicité en septiembre del año pasado). Preocupado y todo, fui a hacer uso de los servicios de la iniciativa privada, más rápida y eficiente, pero más cara, claro.

Unos días después me presentaba de nuevo frente al médico y le decía, mire, ahí están los resultados porque aquí me van a tardar mucho. Muy bien, dijo.

Después de revisar las dos hojas de los laboratorios Quest Diagnostics (antes simplemente Frontera) y de decir ajá, vino el diagnóstico quest: tengo altos --muy altos-- mis niveles de las tres cosas que dan título a esta publicación.

Así que, una vez más, viene un cuesta arriba: dieta estricta, medicamentos y cierto ejercicio ligero ("no mucho porque se puede lesionar las rodillas", fue la recomendación).

La gente dirá, uh, pues qué bien merecido se lo tiene por atascado. Ja. Sí tengo sobrepeso, sí me gusta mucho la carne y el vino, pero de ahí a ser un verdadero cerdo hay todavía un trecho por donde corre perfectamente bien el aire.

¿Cuál es el punto? Dice el médico que estoy "predispuesto" a ese tipo de complicaciones por alguna cuestión genética o hereditaria. En palabras de mi colega César, mi ADN es folklórico-garnachero. Otra cosa me hubieran dejado mis padres biológicos y no esto.

Así las cosas, ha llegado el momento de tomar en serio un poco la cuestión de la salud. Prefiero estar sano que tener algunos placeres momentáneos. A veces tienen que llegar estas situaciones para valorar otras cosas más cercanas y más vitales.

En fin.

Pero, que no decaiga el ánimo. Sigo aceptando invitaciones a comer y a cenar. Sólo que ahora dejaremos La Esquina del Pibe y tomaremos el rumbo del 100 por Ciento Natural.

Ahí vamos.

Alea Jacta Est.