sábado, mayo 26, 2007

De hígados, piratas y días que valen la pena vivir

Colegas, pues ya supe qué pasó: resulta que he sufrido una hepatitis medicamentosa. ¿Qué es eso? Una inflamación de ese órgano vital para cualquier humano debido a la ingesta de medicamentos. Es decir, las pastillas y tal que fui tomando para combatir otros padecimientos encontraron un hígado resentido y, pues, con mayor facilidad lo fueron jodiendo hasta el punto de la hepatitis. A pesar de que no ha sido en su etapa viral, es decir la que se cura con reposo y muchos dulces, ésta también ha ameritado ponerse amarillo en la epidermis y en los ojos.

Ahora lo puedo decir con un poco de humor, pero ha sido una semana bastante dura. Sobre todo por la incertidumbre. Varios médicos, varios diagnósticos, muchas dudas.

Ahora lo que viene es cuidarse y estar monitoreando el desempeño del hígado para eliminar cualquier duda sobre su estado.

¿Qué queda después de esto? Una especie de enseñanza de que la vida vale la pena y que hay que cuidarse. Ya sé que muchos repetirán esa frase de Sabina de "nunca pido consejos ni jamás los di". Cada quien decide sobre su existencia, indudable. Sólo les sugiero la utilidad de hacerlo.

Bueno.

Por otro lado, he ido a ver Piratas del Caribe III. En el fin del mundo (Verbinski, 2007). Me ha gustado. Claro, sobre todo por la apabullante aparición de Keith Richards convertido en el padre del Capitán Jack Sparrow: el mítico Capitán Teague, el mero jefe de jefes de los piratas y cuidador del Código de ese gremio.

No miento si digo que una lágrima se posó en la cornisa de mis ojos al verlo aparecer en escena. En especial en esa toma en la que se sienta con su guitarra a esperar a que los piratas se pongan de acuerdo. Wow. Yo diría que ni siquiera tuvieron que personificarlo porque Keith Richards es y será siempre el más grande pirata de todos los tiempos.

Como recomendación, cuando vayan a verla les sugiero no salirse luego luego de la sala cuando aparezcan los créditos porque hasta el último, allá como 10 minutos después de irse la pantalla a negros, viene una última escena en la que se esboza la posibilidad de una cuarta parte de esta historia.

Regresando al punto de la enfermedad, he leído por ahí que varias personas que no conozco, pero de las cuales sé de su existencia, han estado en las mismas condiciones en este atípico año 2007. Desde aquí les mandamos los mejores deseos y su pronta recuperación.

Y como dijo el Capitán Barbosa en el filme referido, "el último día es el que vale la pena vivir".

Al tiempo.

"Si quieren llegar a ser como este chaparrito, cuiden su hígado, colegas".

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Me alegro de que ya sepa de dónde provenía el mal. Coincido con usted y el capitán Barbosa en que la vida es corta, y a veces uno no debería brindar tantos esfuerzos a la contención.
Le mando un abrazo y sinceros deseos de que su hígado se recupere pronto.

mayo 28, 2007 10:48 a.m.  

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