jueves, mayo 31, 2007

Juguete nuevo

Pues ya me ha gustado esta nueva forma de postear: a través del correo electrónico y sin tener que ingresar a la página de blogger.com. Muy bien.
 
Me gusta porque a) burlo la censura oficial y b) ya puedo subir textos en cuanto me lleguen a la cabeza (uy, bravo).
 
Además, este asunto de la tecnología que quita y pone al mismo tiempo también me parece atractivo. Es como la política según Duverger: por un lado te apapacha y por el otro te jode (ver su teoría política denominada las Dos caras de Jano). Así, mientras la cibernética te pone de repente todo cuesta arriba, también te da la opción del Plan B, el clásico que siempre llega a salvarte el pellejo, claro, si es que tienes los elementos para descifrar dicha válvula de escape.
 
En otros temas más mundanos, ayer fue el tipo que ns vendió el ordenador allá a principios de este año para mi CPU con el fin de repararlo. Cuando lo vi cruzar mi puerta rumbo a la calle sólo pensé, Dios mío, por favor, cuídalo para que no le vayan a robar la caja con el artilugio tecnológico (y, sobre todo, con mi información). Según él, mañana tiene que estar listo el asunto. Veremos. Aunque ya más bien estoy pensando en comprarle a mi pequeño discípulo Efrén alguna de las portátiles que vende desde la transnacional Toshiba.
 
El martes regresé a clases. Pocos estudiantes, pero bastante animados. Creo que las dos semanas en que no nos vimos les dieron como esa pausa relajante que a todos nos cae bien. Estamos a punto de terminar el semestre y, para reponer un poco la pérdida de sesiones, hemos acordado dar una más antes de la entrega de calificaciones finales. Ya hay varios enfilados y en caballo de hacienda rumbo a la repetición del curso (y créanme que no me causa ningún placer reprobar a nadie, pero de que se lo han ganado a pulso, ni duda...). Otros, claro, con los dieces y los nueves marcados desde ya en la frente. Les prometo dar un reporte de sus evaluaciones en este mismo espacio más adelante (aunque sin nombres y apellidos reales, por supuesto).
 
Hoy se presentó el Nacional Plan de Desarrollo en el Nacional Palacio. Hombre, ahí sí me hubiese gustado ser invitado. Pero no. Al parecer, sólo les gusta llevarnos cuando son actos, digamos, menos trascendentes . Y digo que me hubiese gustado estar ahí porque, si lo recuerdan, dedicamos varios días y sus tardes a "elucubrar" sobre el contenido del mismo desde este Ministerio. Entonces, como que a uno le da el sentimiento de querer ver terminada su obra (aunque no sea totalmente nuestra obra, sino la de todos los mexicanos, ja). En fin. Si lo quieren consultar ya está en la página del Diario Oficial de la Federación.
 
La violencia se ha puesto como medio al día en el país. Y ojo aquí: no me refiero a esa que ya todos tenemos en mente, es decir la del narco versus Toda las Fuerzas del Estado. No. Más bien pienso en las imágenes que ayer nos dieron los telediarios en sus emisiones nocturnas. Primero, unos mozalbetes michoacanos dándose de palos en su "ciudad universitaria", cogiendo rehenes y amenazando con prenderles fuego. ¿Qué tal? Luego, los maestros --o mentores-- de algunos estados del país en las inmediaciones del Ministerio del Interior, trepados sobre las vallas de la Policía Federal Preventiva y haciendo ruidos como provenientes de la tribu o el clan. En suma, nuestra pequeña élite intelectual del interior (estudiantes y maestros de provincia) en su fase progre: rumbo a la revolución pasando por la abolición de las clases. Vaya, vaya.
 
Creo que ya ha sido suficiente por el momento, así que aquí termina esta publicación.
 
Alea Jacta Est.