A media semana
Se me pasan los días muy, muy rápido, hay cosas que he venido querer haciendo desde hace tiempo y en el momento menos pensado ya han pasado meses desde entonces.
Por ejemplo, me dispongo a comentar lo sucedido el sábado y cuando menos lo pienso ya es domingo y veo a la hora que termina el programa de Chabelo, al presidente haciendo su informe alterno, ya no la obligación constitucional, sino un acto por y para el lucimiento de lo que queda de nuestro culto al presidencialismo, con acarreados y todo.
Luego me dicen que la falta de escándalo en el Congreso no se debió a una auténtica reflexión de nuestros parlamentarios, cansados ya de hacer desfiguros; por el contrario se debió a un pacto para que al PRD le aprueben la reforma electoral y a cambio al gobierno le concedan la reforma fiscal.
Después me entero que como violencia inecesaria, el ministro del interior Acuña se hace el gracioso y bloque la señal para que no se transmita el mensaje de la presidenta del congreso,la perredista que ahora nadie sabe que dijo. A nadie le hubiera importado y si RTC hubiera hecho un estudio de rating se hubiera dado cuenta que nadie de todos modos hubiera escuchado el tal mensaje. En cambio ahora se dice que hubo censura y no dejan de hacer ruido con eso de que se calló la voz del Congreso.
Lo peor de este manejo fue que primero alegaron falla técnica, después no pudieron sostener la mentira y dijeron que ya habían corrido al responsable de programas especiales de Presidencia.
Como bien lo expresó el coordinador de los perredistas en la cámara baja -que dicho sea de paso se ve hombre decente y no como el resto de sus compañeros- al pobre hombre que corrieron ni lo conocen.
Ahí está la tragedia de la burocracia, un día estás haciendo tu trabajo y al siguiente, por las razones menos esperadas, resulta que se decidió que ya no eres indispensable en tu puesto.
El sexenio pasado, que tuvo muchos excesos y errores, aportó por lo menos cierta seguridad laboral para quienes ocupan puestos de mando medio y superior. Con la Ley de Servicio Civil.
Lamentablemente en ciertos casos esa ley parece ser que no existe o la misma autoridad la ignora, ya sabemos que en ciertos puestos estas a valores entendidos y cuando te lo pidan renuncias por motivos personales o bien si te corren ni modo que demandes.
Como bien rezan precisamente los promocionales del PIG, aún falta camino por andar pero ahí la llevamos. O algo así como decir: sabemos que te sientes jodido, como gobierno hacemos lo que podemos, así que aguántate y síguele echando ganitas.
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