viernes, marzo 28, 2008

Odio y asco en el fútbol

Acabo de ver un programa verdaderamente bueno que se llama Fútbol Picante y que se transmite por ESPN 2 en las noches. Hombre, es tan bueno que no dudaría en llamarlo el Primer Plano del juego del hombre. De hecho, si me apuran, en esa mesa nada más falta la presencia de Lorenzo Meyer y de Carlos Elizondo Mayer-Serra para que se convirtiese en uno de los mejores lugares de análisis de toda Mesoamérica. Bueno, quizás esté exagerando, pero no importa.

El punto es que he seguido con cierta atención todo este asunto del desempeño de la selección de fútbol de este país (la grande y la chica) y, vaya cosa, me tiene bastante harto y fastidiado todo el merequetengue que se ha hecho alrededor de Hugo Sánchez, los jugadores, los directivos y, sobre todo, los resultados. Veamos.

Me parece ridículo que a estas alturas, en un país que dice apostar por la modernidad y la vanguardia, que quiere reducir las desigualdades, que quiere ceñirse a la legalidad y la ética y, sobre todo, que desea empujar a su población hacia mejores estadios de vida, todo aderezado bajo el discurso incombustible de la democracia y sus bondades, en este escenario, repito, es impensable que personajes públicos como Hugo Sánchez manejen un discurso tan lleno de cinismo y demagogia para intentar salvar no un sistema ni una filosofía, sino simple y llanamente una imagen de sí mismo.

Me explico. Considero que al país le hace bastante daño que aún se permitan estos tipos de excesos verbales para justificar el fracaso y la derrota, la mediocridad y la carencia de resultados, la siempre presente lapa de no despuntar por razones históricas y genéticas. Hombre. Como diría un editorial del antiguo programa de la televisión estatal Deportv (lugar de origen de la mayoría de los que componen hoy día la mesa de ESPN 2), ¡estamos hartos de...!

Y antes de continuar, y ante las caras que ya veo que muchos de ustedes están haciendo en el sentido de que, bueno, sólo es fútbol y tal, yo digo que no, que este tema es trascedente porque influye de manera directa en la cultura política de los mexicanos. Es decir, que muchos de nosotros consideramos como correctas o, al menos, útiles este tipo de actitudes farsantes y --repito-- demagógicas para justificar un modo de andar paseándose por la existencia sin despeinarse ni asumir responsabilidades. ¿A qué me refiero en concreto? A que ya no es posible reproducir esos esquemas en los que se creía que la gente no pensaba por sí misma.

¿Qué pensará el chaval que reprueba sistemáticamente en la educación primaria si ve y escucha las declaraciones del técnico del equipo de fútbol que más le ilusiona para justificar su rotundo fracaso? Que si tiene una larga perorata llena de alusiones al pasado y a la esperanza podrá convencer a sus padres de que él no ha tenido la culpa, sino el medio, sus maestros, el tamaño de su pupitre y la calidad de las hojas bond que por mala fortuna le ha tocado usar el día de su evaluación.

El fútbol es lo más importante de lo menos importante. Esto ha sido repetido hasta la saciedad y se ha convertido en un cliché, pero estoy de acuerdo. Sin embargo, en un país como éste, tan urgido de triunfos, tan necesitado de cosas en qué creer y, principalmente, tan marcado por actitudes caracterizadas por la simulación, la corrupción y el cinismo, ya no caben declaraciones ni actitudes como las dichas y asumidas hoy por Hugo Sánchez a su llegada al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México desde Londres.

En fin.

Claro, no olvido que en la palestra están los temas del Ministro del Interior y sus firmas en contratos de la paraestatal Pemex, de la cuestión energética, de la guerra que se libra en todo el país contra el crimen organizado, de la recesión económica de Estados Unidos, de la publicidad contratada fuera de la legalidad por el autodenominado Frente Amplio Progresista, del Consejo Universitario del día de hoy... Pero también podemos ver al fútbol como lo menos importante de lo más importante.



6 Comments:

Anonymous Anónimo said...

La selección de futbol es una representación de su país, al igual que sus estudiantes, sus profesionales, sus burócratas.

Es en el mejor de los casos ingenuo pensar que el subdesarrollo de México no se va a reflejar en los deportes.

No entiendo la consternación.

Por otro lado, Sánchez tiene más credibilidad que sus críticos, independientemente de sus excusas bobas y su antipatía, porque nadie en el futbol mexicano ha logrado lo que él.

Eso da más esperanza a un pueblo sediento de triunfo que una bola de resentidos.

marzo 28, 2008 8:23 a.m.  
Blogger Tarzan said...

Asi pues el comentario de un clasico conformista mexicano, justificandose ante el pasado de un personaje, donde su desempeño como jugador no es cuestionable, pero su trote de entrenador y figura publica es lamentable e incluso patetico...

"Esperanza a un pueblo sediendo de triunfo que una bola de resentidos"??

Acaso no es ese mismo pueblo el que reclama los resultados?

Tttssss...

marzo 31, 2008 9:33 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

Tarzán: ¿justificándome de qué? Mis triunfos y mis derrotas los asumo, el detalle es que aquí no estamos hablando de mí. No tenemos el gusto de conocernos, así que no puedes afirmar si soy "un clásico conformista mexicano". No sabes si soy conformista (no lo soy). Ni siquiera sabes si soy mexicano (tampoco lo soy).

Tu suposición me parece muy interesante.

Otra cosa. Sánchez ganó dos campeonatos consecutivos como entrenador en la liga mexicana, ¿cierto?

Saludos.

marzo 31, 2008 1:22 p.m.  
Blogger Los Burócratas del Ritmo said...

¿De dónde nos visitas estimado Anónimo?

Manolo.

marzo 31, 2008 2:38 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Soy dominicano y vivo en Connecticut.

marzo 31, 2008 2:57 p.m.  
Blogger Efrén said...

También el burro tocó la flauta

abril 08, 2008 10:46 a.m.  

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6 comentarios

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