jueves, marzo 13, 2008

Vine, vi y me demandaron

Así es. Estamos en la ciudad en la que no se puede voltear a ver a las chicas sin riesgo de que acabes instalado en cualquier agencia del Ministerio Público tratando de explicar que no tuviste malos pensamientos reflejados en tu iris y tu córnea.

La tal falta administrativa consistente en lanzar "miradas lascivas" a las capitalinas está generando una especie de paranoia y sorna en cantidades ilimitadas. La verdad, sí es una reverenda muestra de excesos típicos de democracias incipientes. Es decir, está bien que se quiera proteger a las mujeres de la violencia en cualquiera de sus manifestaciones, pero eso de querer regular hasta el color blanco de nuestros ojos y los pensamientos que implican, pues eso ya es como muy de estado totalitario. Una especie de gran Big Brother de la lujuria y la hipocresía (y en una ciudad gobernada por las izquierdas progress).

Bueno.

A lo que voy es que aquí transcribo un editorial bastante aleccionador sobre el tema, escrito por el ex consejero presidente del IFE José Woldenberg. Veamos.



Leyes estúpidas
José Woldenberg

Ahora que las miradas libidinosas van a ser consideradas, por ley, como faltas, es probable que se abra una discusión de alto nivel sobre las causas de las leyes bobas. ¿Serán el efecto, como dice un clásico, del afán por crear una pantalla distractora al trabajo legislativo?, o ¿quizá un resultado de la nueva mecánica pluralista como dice otro?, o ¿una derivación connatural a la aguda polarización de la vida política nacional? Sostengo que ninguna de las "explicaciones" anteriores es correcta y que las normas necias son simple y llanamente fruto de la estupidez.

Lo primero que debemos afirmar es que en ese campo no estamos solos, que se trata de un fenómeno universal que no respeta fronteras nacionales. En segundo lugar, que no somos innovadores, que en todo caso somos parte de una tradición que viene de lejos y de muy diversos puntos del planeta. Y en tercer lugar, que la estupidez es uno de los bienes mejor repartidos en el mundo y que por ello es imposible quedar al margen de una gran ola mundial. (Ver, estudiar y subrayar el imprescindible texto de Carlo M. Cipolla, "Las leyes fundamentales de la estupidez humana" en Allegro ma non troppo, Crítica, Barcelona, 1991). Mi tesis entonces es relativamente sencilla: existen normas estúpidas porque sobran los estúpidos.


Gracias a Ricardo Becerra tengo acceso a un importante documento, publicado por Alex Wade en el Times de Londres titulado "Las leyes más extrañas del mundo" (15 de agosto de 2007), en el cual se pueden leer algunas perlas expresivas, rotundas, incontrovertibles. Se trata sólo de un primer acercamiento al problema, de una lista inicial y seguramente más que incompleta de normas que apuntalan la tesis central de esta nota. Paso a reproducirlo.

1. La cabeza de cualquier ballena encontrada en las costas británicas es legalmente propiedad del Rey; pero, el cuerpo pertenece a la Reina, siempre y cuando necesite los huesos para su corsé.

2. En Bahrein, un doctor hombre está autorizado legalmente a examinar los genitales de una mujer, pero está prohibido observarlos directamente durante la auscultación; sólo puede ver su imagen a través de un espejo.

3. En Londres, es ilegal pretender abordar un taxi, si el presunto pasajero tiene la peste.

4. En Vermont, Estados Unidos, las mujeres deben obtener un permiso escrito de sus maridos si van a colocarse una dentadura postiza.

5. En Boulder, Colorado, es ilegal matar a un pájaro en la demarcación de la ciudad y también está prohibido poseer mascotas. Dice Wade: los habitantes de esa ciudad, legalmente hablando, sólo pueden tener mascotas en su mente.

6. En la ciudad de York, es legal asesinar a un escocés dentro de los muros de la ciudad vieja, pero sólo si la víctima trae arco y flecha.

7. En Chester, los galeses tienen prohibido entrar a la ciudad antes de que amanezca y no pueden permanecer en ella después del anochecer. Dice la nota al calce: "Un lector galés de la edición electrónica de The Times se puso en contacto con el periódico para aclarar que la pena por no salir a tiempo de la ciudad era la muerte, pero que 'desgraciadamente' esa ley fue abolida en 1979".

8. En Kentucky, es ilegal traer escondida un arma que mida más de seis pies (1.83 metros).

9. En Florida, las mujeres solteras que se lancen en paracaídas los domingos podrán ser encarceladas.

10. En el Reino Unido, el hombre que sienta la necesidad impostergable de orinar en público, sólo lo podrá hacer contra la llanta trasera del automóvil y si mantiene su mano derecha sujeta al vehículo.

11. En San Salvador, los choferes en estado de ebriedad pueden ser castigados con la muerte ante un pelotón de fusilamiento.

12. En Londres, los hombres libres tienen permiso para pasar sus rebaños de ovejas por el Puente de Londres sin pagar impuestos; también pueden acarrear gansos por Cheapside.

13. En Indonesia, la penalización por masturbarse es la decapitación.

14. En Miami, Florida, es ilegal patinar en una estación de policía.

15. En el Reino Unido, una mujer embarazada puede aliviar sus necesidades en el lugar que lo desee, incluso si requiere hacerlo en el casco de un policía.

16. Los buques de la Armada Real que entren al puerto de Londres están obligados a entregar un barril de ron al vigía de la Torre de Londres.

17. En Ohio, es contrario a la ley emborrachar a los peces.

18. En Alabama, es ilegal que un automovilista conduzca con los ojos vendados.

19. En Francia, está prohibido llamar a un cerdo Napoleón.

20. En Inglaterra, es un acto de traición colocar un timbre con la imagen del monarca boca abajo.

21. También es ilegal morir en la Casa del Parlamento.

22. En la ciudad de Londres, es ilegal que un taxi trasporte perros con rabia y cadáveres.

Como se puede observar, Mr. Wade ofrece ejemplos un tanto cuanto sesgados. Acude demasiado a la experiencia de su propio país, y ello no es justo. Estoy seguro que la memez está mucho mejor repartida por el mundo. Quizá por ello, un lector norteamericano le mandó la siguiente información: en Carolina del Norte es ilegal arar campos de algodón con elefantes.