1979

Utilizo este título para el primer post que escribo desde mis nuevos aposentos porque es la canción que ahora mismo suena en el iPod (el artilugio que encabezó la mudanza desde el Centro hasta el sur).

Bien, pues, aaaaaaahhh... Respiro hondo para iniciar. Una nueva dinámica, nuevas funciones, nuevos compañeros, nuevos horarios. Como apuntaba un clásico --palabras más, palabras menos-- lo único que no cambia en esta vida es el propio cambio.

Después de un poquito más de 10 años de haber prestado mis servicios en la Administración Pública Federal, ahora estoy en otro tipo de administración de la cosa pública: la de la educación universitaria de este país.

De hecho, durante unos minutos tuve un pequeño conflicto interno respecto al nombre que deberá mantener esta bitácora en el año y medio que le queda de vida. ¿Se deberá llamar ahora Sexacional de Burócratas en el Exilio ®?, o bien, ¿Sexacional de Ex Burócratas ®? Recordemos que ahora, tanto Paco como yo, hemos dejado las filas del Ministerio para emprender nuevos proyectos que, aunque no se apartan del todo con lo que hacíamos en aquella época en que nos conocimos, ya no están enmarcados en la referida APF.

En fin. Se aceptan propuestas sobre el encabezado y lema que nos guía dentro del bloguetariado mundial.

Me gusta este lugar y esta nueva era y, sobre todo, esa necesidad de replantear cosas que uno ya daba por sentado. Es decir, de volver a poner en movimiento toda la maquinaria mental para adaptarse e integrarse a nuevos equipos de trabajo.

Me explico. Allá en el Ministerio, pues ya me la sabía de pe a pa. Los tiempos, las formas, los modos. Con cierto rubor puedo afirmar que ya tenía ganada cierta reputación. Acá es empezar de nuevo, quizás no de cero, pero sí es necesario demostrar las capacidades con trabajo y resultados. Y eso a veces se olvida cuando tenemos cierta comodidad y estabilidad. La coagulación del espíritu de la que nos habló el gran Max Weber. Entonces, pues esto implica un reto, el cual, como en otras actividades, se solventa con dedicación y disciplina. Pero como esto ya está empezando a sonar como a plática motivacional y tal, mejor diré simplemente que se trata de crecer.

Entre los puntos de la cotidianidad que puedo destacar en dos días y medio que he andado por estos rumbos, están el adiós a los módulos compartidos como de redacción de periódico en serie de televisión norteamericana en que me encontraba, el que las computadoras sí reconocen las entradas USB, que aquí sí puedo conectar el iPod al iTunes y que hago un poquito más de tiempo desde mi casa. También debe notarse que aquí hay menos requisitos para ingresar (en el Ministerio no sabías si al entrar ibas a abordar un avión o a trabajar) y que ahora puedo volvear a publicar directamente desde blogger.com. Quizás extraño un poco salir a caminar por Reforma y comprar el café en el Starbucks, o bien, tener al Centro Histórico a tiro de piedra. Sin embargo, eso se compensa con estar dentro de uno de los recintos mexicanos considerados como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Por ahora este es el primer parte desde esta nueva trinchera. Ya después irán apareciendo nuevos reportes desde esta flamante faceta pública. Por supuesto, no olvido agradecer los comentarios de mis colegas Efrén y César.

El Sexacional de Burócratas ® continúa.