Crepúsculo

Viernes por la tarde en mis nuevos aposentos. Sin duda, los usos y costumbres cambian. En el Ministerio, para estas horas, ya hubiera cogido mis cosas y saltado a la calle. La larga caminata con los audífonos montados por Juárez y Madero. Ahora, por acá, la labor continúa. Por la ventana aparecen las primeras luces artificiales. La cuestión no para.

Ya he descubierto dónde está el Starbucks más cercano. También algunos bancos que necesito para realizar los pagos que se vienen. El punto de la alimentación ya lo voy resolviendo. Para las clases, a la fecha he tenido el soporte para hacer mi viaje de casi dos horas de duración del sur profundo al norte etéreo.

El fin de una semana atípica.