viernes, mayo 02, 2008

Unas breves de viernes

Primero.

Cada viernes en Ciudad Universitaria la muchachada monta una especie de macrobotellón en los jardines que se pueden observar desde Insurgentes Sur. Y ahí están: pequeños grupos de jóvenes estudiantes que beben de sus botellas, comen papas u otras cosas, fuman, ríen, platican y, los que están en pareja, se cachondean a sus anchas. Una verdadera explosión de juventud y vida sobre ese césped que es Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Imagino que algunos automovilistas pensarán, uf, ahí están los mariguanos de la UNAM. Quizás. Pero también es una muestra de vida y convivencia, algo que también es necesario aprender más allá de las aulas.

A un costado de la Torre de Rectoría también montan juegos de mesa y mesas de ping-pong (o tenis de mesa, como le llaman algunos puristas). He tenido unas verdaderas ganas de ir a jugar, pero por una u otra razón no se ha dado. También quiero ir a practicar volibol, deporte en el cual puedo decir que tengo algunas aptitudes, por ejemplo, no cometer tantos errores.

Segundo.

Un viernes primero de mayo, como hoy, pero de 2007, El Año Cabrón, fumé mi último cigarrillo de la existencia. En efecto, en aquella ocasión, la fiesta por los 30 de Efrén, ya con los síntomas de la enfermedad encima, cogí mi cajetilla, saqué el cigarrillo, lo fumé y por poco me caigo. Comencé a sentir mareos, náuseas, malestar en general. Algo me dijo, chico, hasta aquí llegaste. En serio pensé que iba a colapsar, así que busqué el primer cenicero a la mano y apreté la colilla contra el barro (era uno de hotel barato). Y aunque eso sucedió exactamente un 4 de mayo, hoy lo conmemoro.

Un año sin fumar. Imagino que mi salud ha mejorado, sobre todo en lo que tiene que ver con las vías respiratorias. Al principio sí sentí una ansiedad como si fuese el mono o el síndrome de abstinencia. Veía a la gente fumar y pensaba que no podría resistirme a la tentación. Sin embargo, el tiempo ha pasado y cada vez menos deseo regresar a ese hábito, menos ahora que los moralistas (de las izquierdas, por cierto) casi lo han colocado en el nivel de Gran Pecado Capital.

Puedo afirmar que dejar de fumar no es nada fácil, pero conforme pasa el tiempo es menor el riesgo de caer. En contraste, dejar de beber es menos complicado, pero siempre es mayor la posibilidad de volver a mojar los labios con alcohol.

Ahora bien, todas esas clínicas, tratamientos, parches y demás faramallas destinadas a dizque ayudar a la gente a dejar de fumar me han parecido y me seguirán pareciendo una verdadera estupidez. Cuando uno quiere dejar de fumar lo hace y punto. Eso de que hay que ir bajando la dosis y tal, no es sino una manera de engañar a los tontos de nuevo. Uno lo hace y ya.

Tercero.

El Efrén cumple sus años mañana. Siempre ha sido un buen colega, con sus detallitos, claro, pero a final de cuentas uno más de aquellos que hemos estado juntos a lo largo del tiempo. Felicitaciones desde aquí.

1 Comments:

Blogger Efrén said...

Gracias camarada, soy un detallazo!

Ya tenemos varios pendientes en el haber, así que ya se debe hacer algo.

mayo 05, 2008 11:34 a.m.  

Publicar un comentario

1 comentarios

<< Home