miércoles, junio 11, 2008

Meter tercera

He notado un asunto bastante conflictivo durante la conducción: los entronques a las vías rápidas (digo, sé que esto sonará a uuuh, no succiones, estás descubriendo el hilo negro, pero bueno, apelo a la consideración de todos ustedes).

Anoche, por ejemplo, un tipo más bien joven se aventó así nada más porque sí al carril central del Periférico sin importarle que yo vinieran instalado en el mismo a casi 90 kmh. Mi reacción consistió en abrirme lo más posible y evitar el impacto. Lo bueno fue que en mi costado izquierdo nadie venía emparejado, por lo que no pasó de pitidos y tal. Sin embargo, metros atrás, cuando los caminos se bifurcan hacia Paseo de la Reforma, un caso similar: un tipo que iba en el carril equivocado quiso rectificar en el último instante, con el consiguiente cerrón hacia mi lado.

Hombre, que el que no sabe de estos menesteres soy yo.

En fin. Que esto de la conducida claro que tiene sus bemoles y exige estar a las vivas al 100 (repito, lo digo porque es nuevo para mí, no porque sea lo último o lo desconocido).