lunes, septiembre 22, 2008

El otro Estado

Leo con verdadera impresión una nota de El Universal en la que se afirma que un grupo delictivo tiene el control de 12 municipios michoacanos. En algunos de ellos poseen patrullas clonadas, uniformes y cobran cuotas de protección a pobladores para no ser molestados. Asimismo, manejan negocios como inmobiliarias, el comercio establecido e informal, la compra-venta de coches, centros nocturnos, entre otros (Cfr. Francisco Gómez, "Manda 'Familia' en 12 municipios", en El Universal, septiembre 22, 2008, p. A4).

No pude evitar comparar esto con lo que ocurrió en Perú durante la década de 1980 con Sendero Luminoso. Este grupo obtuvo fuerza porque ingresó en zonas donde el Estado había dejado de ser importante con el fin de sustituirlo. Ahora lo vemos con el crimen organizado en México: han ingresado para realizar tareas que las autoridades han perdido y que son cruciales para mantener el orden dentro de una sociedad, por ejemplo, la garantía del combate al crimen.

Un hecho que comprueba la afirmación de que el poder no se pierde, sino sólo se traspasa de un poseedor a otro cuando no se sabe utilizar o retener.