martes, septiembre 16, 2008

México violento

No recuerdo cuándo exactamente había escrito en este mismo lugar que quizás el crimen organizado entraría en una siguiente fase de ataque a través de atentados contra la sociedad civil. Lo anterior con la finalidad de forzar al gobierno federal a replantear su estrategia y, en algún momento dado, obligarlos a negociar.

Bueno, pues esta mañana me he despertado con la noticia aterradora de que en Morelia, Mich., durante la conmemoración de El Grito en la Plaza Mayor, fueron lanzadas tres granadas en contra de la población civil que estaba ahí congregada. El saldo: tres fallecidos y más de 100 heridos, de acuerdo con los reportes de los diarios en línea en este momento.

Esto me parece que ya es una barbaridad inaceptable. Es decir, no se trata sólo de torturados, decapitados y ejecutados en rincones apartados del país, como en Yucatán o el Estado de México (lo cual ya es de entrada inaceptable en una democracia moderna o en un Estado medianamente civilizado), sino que son ataques directos contra población en teoría inocente en pleno centro de una de las capitales estatales más importantes.

Es verdaderamente preocupante lo que está sucediendo porque nos muestra, por un lado, el poder que está alcanzando el crimen organizado para hacer lo que le plazca sin respuesta y, por el otro, en la extrema debilidad del Estado mexicano que no alcanza a contener nada. Claro, y en medio de todo, una sociedad civil que juega un papel ambivalente: exige seguridad, pero una considerable porción se mantiene consumiendo estupefacientes.

Algo deberá pasar pronto porque la escalada de violencia está alcanzando niveles que, ahora sí, pueden repercutir en cualquier habitante de este país.