martes, noviembre 04, 2008

Ha fallecido en un accidente aéreo el Secretario de Gobernación mexicano, Juan Camilo Mouriño Terrazo (37), junto a ocho personas más en el poniente de la Ciudad de México.

Esto es una tragedia por donde quiera que se le vea. En primer lugar, por ser el término de una vida joven y prometedora. En segundo, porque se ha tratado del segundo hombre de importancia política del país. Tercero, porque esto viene a enrarecer aún más el clima político y de inseguridad en México.

A pesar de que esto quiera analizarse desde un punto de vista racional y mesurado, el fantasma de una posible causa motivada por cuestiones contrarias al azar es inevitable. Sospechas no escasean: ayer mismo, por dar sólo un ejemplo, la cifra de personas ejecutadas relacionadas con el crimen organizado fue el peor en lo que va de 2008. Otro dato: a pesar de que el personaje principal de esta historia ha sido el propio Mouriño Terrazo, no se debe descuidar el hecho de que también ha fallecido en el acto el hombre que estuvo al frente del combate al narcotráfico los últimos años.

Lo que resta es esperar los resultados de las investigaciones para despejar cualquier tipo de rumor o especulación y, sobre todo, para saber qué decisiones tomar para el futuro próximo.