martes, octubre 28, 2008

Transiciones

Pues no nos queda más que desearle buen viaje al Maese Manolo y esperar que en su ausencia no suceda algún terremoto o que no renuncie el Rector y que sigan perdiendo las gallinas; de los pumas no quiero ni hablar.

No se si sea este año pero como que todos estamos montados en un gran viaje. Desde que estoy por tierras sureñas me siento con la añoranza de regresar al terruño natal, pero también aliviado de estar por estos rumbos. En esa ambivalencia que ataca a todo migrante y ese sentimiento de no sentirse ni de aquí ni de allá, somos víctimas de andar recorriendo medio país por lo menos cada dos meses.

Por otro lado se encuentran los compromisos laborales y familiares y el lógico deseo del merecido descanso que irónicamente implica el enfrentarse en ocasiones a largos y tediosos viajes para alcanzar el paraíso perdido y perseguido.

Esperemos que durante la ausencia del Maese todo se mantenga en su lugar y que a su regreso le podamos dar parte sin novedad.