domingo, diciembre 28, 2008

Inocente

Diciembre 28, 2008. El Día de los Santos Inocentes.

El Universal dio en su portada de hoy la noticia --falsa, claro-- de que B. Hussein Obama, presidente electo de los Estados Unidos, había venido a la Ciudad de México con el fin de patinar en la pista que se montó Marcelo Luis Ebrard Casaubón en la Plaza Mayor. Ah.

Pero hay cosas más reales en este día, tal como veremos a continuación...

He llegado hoy de una especie de periplo fiestero que me llevó por los caminos poblanos, del oeste al este y del centro al norte. En efecto, después de degustar un poco de las delicias de la capital de ese estado durante la cena de Nochebuena, y después de rematar con otro poco en la fiesta de traje y de reencuentro de mi grupo de colegas en el pueblo, hoy estoy aquí tratando de repasar un poco lo sucedido.

¿Y con qué me encuentro? En primer lugar, con una clima un tanto enrarecido en las carreteras del país. Así es, no sólo se trata de la clásica percepción de que uno puede ser sujeto de robo o asalto a mano armada y en despoblado por cualquier rincón de México. No. Ahora también he podido ver de cerca el clima de guerra civil en el que nos encontramos. Para ser precisos: me ha tocado presenciar el paso de convoyes militares, así como de la instalación de varios retenes montados por el Ejército en los entronques de autopistas y caminos.

Esto responde a lo que estamos viviendo como sociedad. Es previsible. La guerra contra el crimen organizado ha hecho de cada sitio una trinchera. Pero, a pesar de ser algo tan palpable y tan común, no deja de ser un tanto perturbador. Me explico: aunque uno sepa que es parte del asunto, sigue causando cierto escozor el pensar lo que puede ocurrir en ese tipo de lugares. En lo personal apoyo la medida, pero esto no me impide ver que podrían cometerse algunos excesos en su aplicación. En fin.

Sin embargo, lo que sí he podido constatar de manera directa y en carne propia ha sido, para mi desgracia, mi primera infracción en carretera federal aplicada por un agente respectivo. En efecto, circulaba hoy a buena velocidad, sin problemas de tráfico y con buen ánimo de regreso a la Ciudad de México. En eso veo una patrulla agazapada junto a un puente (como imagen de caricatura clásica) y pienso justo antes de pasar por el frente, falta que ahorita me pare. Y, tal cual, sucedió: me detuvo. Al principio fingí demencia, pero las torretas y las señales que me hizo con la mano fueron suficientes para comprender que debía detenerme (o proceder a la fuga, cosa que al final no intenté).

El punto, según el sub-oficial que me abordó, fue que iba a 133 kilómetros por hora en una zona donde lo máximo permitido son 90. Bueno. No repelé ni nada. Esperé a que me levantara la infracción y soporté ser visto por varios turistas que a esas horas regresaban a la Ciudad de México y cuyo pensamiento fue, seguramente, el de mira, pobre güey, ya lo se atoraron...

Lo gracioso --o tragicómico-- fue que, mientras estaba escuchando atentamente las razones por las cuales debo pagar 50 días de salario mínimo para resarcir mi falta para con el Estado mexicano, sobre todo por ser un inconsciente y por circular a una velocidad inadecuada, el coche patrulla se estremeció y se movió todo ante el paso de otros vehículos que iban, claro, mucho, pero mucho muy por encima de esos ya míticos 90 kilómetros por hora que tantos problemas me dieron el día de hoy.

En fin. Estar en el lugar equivocado en el momento equivocado.

Como buen ciudadano, mañana iré a pagar esa deuda que ya tengo con mi Patria y con mi País...

Y mientras eso pasaba, a una coleguita y su novio les revisaban de manera exhaustiva su equipaje en un retén militar, de esos mismos que he mencionado líneas arriba.

Algo está medio raro en el país por estos días.

Sha, la, la...

Para finalizar, una anotación breve.

Ya he visto el conteo de las 100 mejores canciones de la década de 1990, según el canal de videos VH1. La mejor rola ha sido Livin' la vida loca, del boricua Ricky Martin. En el Top 5 también estuvieron Luis Miguel, Alejandro Sanz, Los Fabulosos Cadillacs... y Maná (¡!).

El recuento ha estado bien, pero no me ha movido tantas fibras sensibles como el referente a la década de 1980. Quizás es prematuro darle el toque mítico a esas canciones que, en muchos casos, aún escuchamos como algo vigente. Por ahí anduvieron Garibaldi, Alejandra Guzmán, Ilya Kuriaki, Enrique Iglesias, Molotov, El Tri y el inefable Arjona, por decir algo.

Los comentaristas estuvieron bien, pero a secas. Bueno, el caso de Fey sí es de patología: que alguien le diga o le explique la mar de simple y sin chiste que es esta tipa. En contraste, bien las dos chicas ésas que eran parte de grupetes pop de los noventas (una de OV7 y otra de Kabah). Bien Rulo, bien Jaime Almeida, bien Lynn Faichstein (o como se escriba). Pero la dizque jovencita de Fey, ni cómo ayudarle.

En fin. Un largo fin de semana de parón navideño con todo y sanción federal incluida. Pude ver a los colegas, comer como cerdo y beber un poco. También he descubierto que mi capacidad de aguante para las patchankas ha disminuido drásticamente y que me da sueño más temprano. También que debo aprenderme al dedillo Jumpin' Jack Flash yo que tanto hago alharaca sobre los Rolling Stones (mi fe y mi devoción no son las que fallan, más bien es mi inglés de Anglo Mexicano noventero).

Saludos en estos últimos días de 2008 y... cuidado si circulan por las carreteras del país.





2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Eso, maese.
Y ahí le encargo que también ensaye una de los Bicles para que la próxima vez me desafíe usted al dueto. :)
Muy feliz 2009!

diciembre 29, 2008 3:53 p.m.  
Blogger Los Burócratas del Ritmo said...

Ya está: la próxima nos karaokeamos la de Back in the USSR.

¡Igual Feliz Año Nueve!

Manolo.

diciembre 30, 2008 7:09 p.m.  

Publicar un comentario

2 comentarios

<< Home