sábado, marzo 21, 2009

Bodas, críos, embarazadas...

En efecto, mientras combato con todas mis armas disponibles a la alergia, alrededor se ha desatado una ola de optimismo en la humanidad en tiempos de crisis bastante interesante como fenómeno social: por estos días hay bodas en puerta, hay críos recién nacidos y otros tantos están casi a punto de salir expulsados del vientre de sus madres.

Primero se casó mi colega Brenda en febrero, ahora lo hará el buen Héctor a finales de este mes. Ya era hora. Nos había estado amenazando con este acontecimiento desde..., desde..., creo que ya desde hace bastante tiempo. Bueno, al fin se concretará. Felicitaciones.

Después, aquí en el edificio en el que vivo se ha desatado una ola de apareamientos masivos que nos ha dado como resultado un incremento en el número de residentes. Críos y más críos llegan al mundo como si éste fuese a resistir otros 100 años al ritmo que llevamos de locura y destrucción. En fin. Y como si eso mismo no fuese suficiente para ponernos los pelos de punta, la cantidad de mujeres preñadas no decae. Casi como diría el extinto y mítico Mike Laure (léase Mike y no "Maik"), la cosecha de embarazadas nunca se acaba...

A un costado del piso está una, luego la pareja del hermano de mi mujer también (y eso que había jurado que ella no iba a tener y tal y tal y tal por sus ondas místicas-esotéricas-vibrosas), la esposa de otro buen colega está ya a puntito de parir. ¿Qué coños sucede en este planeta y con sus habitantes?

Me imagino que debe ser un efecto similar al que experimentamos cuando se avecina una catástrofe. Me refiero a las llamadas "compras de pánico" que hacemos cuando sabemos que llegará un huracán, un tifón, un tsunamierda. Sólo que aquí, ante la amenaza de ver destruido el mundo occidental tal y como lo conocemos hasta ahora, a la parroquia le ha dado por casarse, aparearse, embarazarse, reproducirse y aumentar la población nacional y, por añadidura, mundial. Al viejo adagio que reza que a chupar y coger que el mundo se va a acabar, ahora se ha unido el de a chupar, a coger y a parir que el mundo se va a acabar...

En fin. Que con su pan se lo coman.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Así es, como si este mundo fuera a durar 100 años. Ni hablar.
Sirva el comentario de pretexto para preguntarle cómo va la alergia y enviarle muchos saludos.

marzo 24, 2009 3:40 p.m.  
Blogger Los Burócratas del Ritmo said...

Pues ahí la llevo, el problema es que no sé a qué diablos soy alérgico... En fin. Nos veremos el domingo para el asunto del Héctor, ¿no?

Cuíde(n)se,

Manolo.

marzo 24, 2009 4:36 p.m.  

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2 comentarios

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