martes, agosto 24, 2004

¿Y quien dice que no se puede?

Sí se pudo, sí se pudo. Como medio mundo lo suponía Ana Guevara nos salvó del escarnio, por fín podemos volver a creer en nossotros mismos, es hora de colgarnos todos del éxito, otra vez una mujer da la cara por nosostros, aunque no fue de oro sí fue de plata.

Y los clavadistas brillaron por su ausencia, todavía estoy en la oficina, por estar trabajando no he visto la carrera, pero ya supongo las entrevistas al tibio Muñoz, a Vazquez Raña y compañía colgándose la medalla.

Y aquí viene el tema de este post, el deporte es lo más alejado a nuestra vida cotidiana, en las primarias la educación física y música son las materias que se pasan por default, (en mi caso particular estuve excento de la primer materia por estar convaleciente de una tifoidea); los burócratas de este país sólo practicamos el levantamiento de tarrro; los comerciantes informales sólo ponen su puesto y hasta les da gûeva contestarte el precio de su mercancia; más del 60% de la población vive en la pobreza extrema; pero esos sí queremos ser campeones olímpicos.

Como bien decía el burócrata Weber, los juegos olímpicos son una muestra de la acción del Estado, los deportistas y organizadores, buenos y malos, sólo se explican auspiciados por un Estado, la IP sólo interviene si hay negocio ¿quien querría patrocinar a un equipo de hand-bol?

De ahí la lógica de calificar el éxito o fracaso de una delegación en una olimpiada, es algo más que el orgullo nacional, es demostrar la eficiencia y superioridad de un Estado-Nación. Por eso no es de extrañar que los protagonistas cotidianos de las batallas comerciales, sean los mismos del medalleo olímpico (antes era la CCCP y EUA, ahora son EUA , China y países de la Comunidad)