lunes, septiembre 26, 2005

Fucking in the heaven

A.

Una nueva semana en este ambiente burocrático. Un poco menos de tensión, pero la cosa aún no pinta bien en el mediano plazo.

B.

Para empezar con ánimos la semana nada mejor que las declaraciones de la Infanta Cristina, la misma que cuando llega a la puerta de las discotecas de moda y no la deja pasar el cadenero en turno suelta la siguiente pregunta: "tú no sabes quién es mi papá, ¿verdad?", a lo que el tipo sólo responde con una sonrisa socarrona: "pues tú tampoco...".

Bueno, pues aquí está la chica, convertida ahora por obra y magia del Espíritu Influyentista como "publirrelacionista" del Hotel Camino Real, hablando sobre sus gustos personales durante el último día del México Fashion Primavera-Verano 2006 (¡órale!).

"Era muy fan de Lost (una serie televisiva), sobre todo. Me gusta 24 y también veo CSI. Me encantan, no sé, me entretienen y las disfruto mucho. En DVD no sé si comprarla (Lost) porque ya la vi entera (...) Yo era fan de Sex and the City, pero cuando terminó tenía que suplirla con algo, y lo más parecido es Desperate Housewives ".

Se supone que la chica se negaba a salir de su casa los lunes por la noche con tal no perderse el episodio en turno de Lost. "Nunca hacía nada en la noche, y cuando me surgían eventos los cancelaba por quedarme a ver mis series". Ay, qué lindo. Una niña comprometida con... sus show televisivos.

Luego dice, "me agarran modas y ahorita escucho mucho a Miranda y a Lu. Belanova también me gusta". Ojalá no le agarre el amor por Fangoria para no tener que verla por el Salón 21 (ahí estaremos parte del equipo del Sexacional de Burócratas, por cierto).

Para terminar esta bonita página del recuerdo, la Srita. Fox dice "me gusta, me interesa ver las tendencias, lo que se muestra y soy lo normal, igual que cualquier otra mujer".

Espero que nuestras lectoras no se sientan ofendidas al haber sido comparadas con la Primera Adolescente del País.

C.

Ayer se estrenó el programa Punto de Partida en el canal 4 de Televisa. Lo conduce la ex periodista de CNI Denise Maerker. Y para abrir boca dieron una larga entrevista con el ex presidente de México Carlos Salinas.

Muchas cosas se pueden comentar de las declaraciones del político más controversial de los últimos años, del más activo, del más omnipresente y del –quizás—más influyente desde finales de la década de 1980. La primera es que su poder es evidente aún. La segunda es que sigue siendo un político profesional de altos vuelos. Ya sé que decir esto es ampuloso, pero, si ustedes analizan las respuestas y, sobre todo, la manera en que evadía las incisivas preguntas de la Maerker, se darán cuenta de que se trata de todo un político forjado en las más duras luchas de esta actividad. Imagino, por ejemplo, qué hubieran dicho Fox, Creel y hasta López Obrador ante los señalamientos tan directos que le hizo la conductora: tibios argumentos políticamente correctos. En contraste, Salinas no sólo toreaba la situación, sino que se daba el lujo de semi-amenazar a la reportera y de ironizarla.

Con esto no estoy tratando de hacer una apología de este señor. Al contrario. Lo que quiero destacar es que, sí, en efecto, es uno de los peores resultados que haya podido producir el régimen priísta en toda su historia, pero no es ningún ingenuo. Al escucharlo uno se percata cuánto hemos perdido en términos de solidez con el actual presidente Fox. Salinas es un político profesional, de tiempo completo. Fox es un aficionado que casi al final de su mandato se ha dado cuenta que "es más fácil vender Coca-Cola que dirigir un país". En cambio, el priísta dice pensar "en la siguiente generación" (es decir, espera seguir ad infinitum en la política mexicana) y ofrece debatir "las ideas" (es decir, quiere seguir marcando el ritmo, los temas y la priorización de la agenda pública).

La tercera es que aún no ha surgido un personaje con el poder y el carisma de Salinas. Repito, con esto no estoy haciendo ni una reverencia ni una apología del ex presidente más repudiado en la historia contemporánea del país (un mérito difícil de lograr, sin duda). Me refiero a que la clase política mexicana está tan devaluada que pocos son los personajes públicos que logran reunir tal cantidad de temores y animadversiones por su probada capacidad (para el bien o para el mal, da igual). ¿Quién de los actuales contendientes posee tal destreza para manejar los medios, los tiempos y las imágenes? Quizás López Obrador, un poco detrás Madrazo. Fuera de los aspirantes presidenciales diría que Porfirio Muñoz Ledo y Manuel Bartlett. Es decir, los actuales aún no logran esos niveles y los que pueden competirle de tú a tú están en la línea de salida.

Habrá que ir acostumbrándose a la presencia de este extraño enemigo, el cual fue uno a los cuales el gobierno del "cambio" no quiso llamar a cuentas y, ahora, tendrá que sufrir sus embates. La vida es una to to tómbola, de luz y de color.

D.

Y ayer mismo terminó el sueño de millones. O la ilusión, como suelen nombrarla también. Resulta que ahí estamos viendo la televisión naconal y en un canal el tal "Latin" ganó el concurso de baile, y en la otra cadena, un reporterito hacía lo propio. Como dirían los más antiguos de la comarca, ¡no mamar! Ahora resulta que "Latin" es un pro-hombre y que el tal reporterito (ni me acuerdo del nombre, con eso digo casi todo) es un enviado de la Trinidad.

Pero lo peor fue ver al bastante ñerín Cuauhtémoc Blanco, héroe huichol de las masas amarillas babeantes y chimuelas, demostrar que en los terrenos del baile es un ducho. Imagino que tales destrezas le vienen de su medio ambiente natural (es decir, del arrabal), en el que había que forjarse en los bailes callejeros del sonido sonidero La Changa o del mítico Patrick Miller o del vanguardista Polymarchs, ¿no? Vaya manera de menear la cadera y hacer el clásico brinquito de la banda ñera al momento de bailar la cumbia. Ese mismo que provoca un efecto visual en el que se supone que, sin hacer casi ningún movimiento del dorso, las piernas y los pies sacan borra a la pista que puede ser de duela o de cemento, no importa.

El Rey del Barrio y no otra cosa este grotesco ejemplar del más puro y refinado México Real.

La televisión cultural mexicana.