domingo, septiembre 25, 2005

Y seguimos de pie

Antes que otra cosa, vaya una sincera felicitación a la Alcachofa, por su aniversario, esperamos que la haya pasado como se debe, en pleno festejo y echando la casa por la ventana.

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Después de una semana de pesadilla, me reintegro a las actividades, como habrán podido notar, últimamente sólo en las noches me da tiempo de hacer mis colaboraciones a este colectivo y como fuí víctima (con toda la familia) de un infame virus de gripe, bastante perro, hasta hora me puedo reintegrar a mis actividades normales, claro después de un tratamiento con antibiótico de amplio espectro.

Ya ha pasado demasiada agua bajo el puente, pero añado una colaboración pendiente:


El pasado fin de semana se me ocurrió hacer lo que nunca hago, salir en un puente. No estaba planeado, estábamos el sábado sin nada que hacer y se me ocurrió ir a Cuernavaca a ver algunos asuntos pendientes que tenemos por allá, regresaríamos ese mismo día, y como no teníamos prisa, también se me ocurrió irme por lo que los europeos llaman carretera turística. Después de hacer 40 minutos al sur de la ciudad, tomé la carretera Xochimilco-Oaxtepec, comimos una nieve en Milpa Alta y tomamos camino, cuando llevaba hora y media tras una camioneta en plena subida con curvas, empecé arrepentirme, pero ya estaba ahí, ví el municipio de Tlalnepantla Morelos y supe que estaba cerca de mi destino, llegamos por la parte de atrás del Tepozteco, cuando llegamos a Oaxtepec, me dí cuenta que era imposible pasar, la carretera era una especie de periferico, repleta de autos del defe y del edomex, tomé camino a Cuautla y decidimos hospedarnos en un hotel de Cocoyoc (que estaba llenísimo), no por gusto, sino porque era imposible seguir después de tres horas.

Al otro día nos depertamos y vimos que ya no había carros, el conserje nos informó que se fueron muy en la mañana para evitar el tráfico de quienes regresaban de Acapulco, Taxco, Cuernavaca y demás balnearios. Salimos lo antes posible, pero aún fuimos a Cuernavaca a la que llegamos muy rápido, cuando tomamos la autopista de regreso, ésta era un gigantesco estacionamiento, un tramo que normalmente hacemos en 10 minutos lo hicimos en una hora. Proseguimos pacientemente, pudimos contar 4 stratus descompuestos, ya nos estábamos acercando, cuando los niños definitivamente no aguantaron y tuvimos que hacer una parada en una gasolinera, avanzamos otra hora, pasamos tres marías y nuevamente tuvimos que parar, entonces también hice lo que nunca, comer a media carretera en un puesto de tacos. Así, después de seis horas llegamos a nuestro terruño, afortunadamente la caseta la habíamos encontrado despejada.